Este jueves, Corea del Norte disparó dos presuntos misiles balísticos de corto alcance hacia aguas de su costa oriental luego de condenar al gobierno de Estados Unidos, en cabeza de Joe Biden, por el despliegue de un grupo de portaaviones USS Ronald Reagan en aguas del este de la península de Corea, alegando que la medida intensificaba las tensiones entre ambos países.
El grupo al que se refiere Corea llegó por primera vez al puerto surcoreano de Busan a finales de septiembre y realizó simulacros que incluían a Japón y Corea del Sur, una medida que Pyongyang protestó.
El grupo de portaaviones fue reubicado el miércoles en aguas entre Corea del Sur y Japón, según informó la agencia de noticias Yonhap, en un inusual giro de 180 grados que se produce cuando Kim ha lanzado unos 10 misiles en menos de dos semanas.
“La RPDC observa cómo Estados Unidos representa una grave amenaza para la estabilidad de la situación en la península de Corea y en sus proximidades al redesplegar la fuerza de tareas del portaaviones en las aguas de la península de Corea”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores norcoreano en un comunicado publicado en los medios estatales, en referencia al nombre formal del país.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur dijo que Corea del Norte parecía haber disparado dos misiles de corto alcance desde una zona cercana a Pyongyang a las 6:01 y a las 6:23. El primer misil alcanzó una altitud de unos 100 kms y recorrió una distancia de 350 kms, mientras que el segundo alcanzó una altitud de 50 kms y voló unos 800 kms, dijo a la prensa el ministro de Defensa japonés, Yasukazu Hamada.
Japón, Corea del Sur y Estados Unidos se disponen a realizar más ejercicios militares conjuntos el jueves, según informó la cadena surcoreana SBS. Corea del Norte se ha opuesto durante décadas a los ejercicios conjuntos con EE.UU., calificándolos de preludio de una invasión y una guerra nuclear.
Es posible que se produzcan nuevas provocaciones, ya que EE.UU., Japón y Corea del Sur afirman que Pyongyang podría estar preparado para realizar su primera prueba nuclear en cinco años, y los tres prometen una respuesta severa y unida si se produce una explosión.
El misil que sobrevoló Japón el martes era un presunto misil balístico de alcance intermedio Hwasong-12 que recorrió una distancia de unos 4.600 km, lo que representa el arma de mayor alcance disparada por Corea del Norte desde mayo. También recordaba al otoño de 2017, cuando el régimen de Kim desencadenó su mayor andanada de cohetes de largo alcance y detonó una bomba nuclear.
Eso provocó que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con “destruir totalmente” a Corea del Norte y llevó a Naciones Unidas a imponer algunas de sus sanciones más duras para castigar a Kim. El líder norcoreano ha ignorado los llamamientos de Biden para volver a las conversaciones de desarme y ha disparado misiles balísticos desafiando la prohibición de Naciones Unidas.
Las provocaciones probablemente se sumarán a la ansiedad mundial por el ruido de sables nucleares, ya que el presidente ruso, Vladimir Putin, alude a su arsenal atómico mientras trata de reforzar su difícil invasión de Ucrania. La presión de EE.UU. para aislar a Rusia por la guerra -sumada a las crecientes tensiones entre Washington y Pekín- ha permitido a Kim reforzar su disuasión nuclear sin temor a nuevas sanciones de la ONU.
Rusia y China vetaron en mayo en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución de sanciones redactada por Estados Unidos contra Corea del Norte y casi no hay posibilidad de que apoyen medidas como las de 2017. China disparó sus propios misiles balísticos sobre Taiwán en agosto para protestar por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taipei.