La tarea de sembrar en la consciencia nacional que el deporte organizado es clave y que es relevante y de primer orden para la educación y formación de los niños y jóvenes
ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
Mientras todos los reflectores de los medios de comunicación están en el desarrollo del “Mundial Qatar 2022” y la “mayoría” de los mexicanos esperan que México tenga su segundo partido el sábado 26 de noviembre, a las 1 de la tarde, contra la selección de Argentina; en nuestro país, no menos importante y más bien con un alto impacto y un trabajo digno de reconocerse, por los nobles objetivos que tiene, mañana 25 de noviembre se inaugura el XIV Torneo Nacional de Básquetbol del Movimiento Antorchista.
La selección de nuestro país no logró un debut muy glorioso en el “Mundial de Qatar” ante Polonia, más bien sus primeros pasos fueron algo agridulces y es que, aunque no perdió el partido y Guillermo Ochoa paró un penal al delantero Robert Lewandowski, el Tri no logró romper el empate sin goles en aquel relevante Estadio 974; la actuación de nuestra selección no es muy diferente a la de otros mundiales.
La explicación y razón de fondo vienen de muchas décadas atrás: poquísima inversión por parte de los gobiernos mexicanos (federal, estatal y municipal) al deporte en general y muy en particular al futbol; en México el deporte es elitista y solo se forman deportistas «estrellitas» que son vistos como mercancía y negocio en todo el aspecto publicitario; además, la no masificación del deporte anula, casi por completo, que se vayan formando deportistas verdaderamente competitivos como los de los países de primer mundo.
Pero como esta columna no es especialista en el mundial, si nomás bien intenta hacer reflexión de carácter político y social y sobre todo poner un ladrillito para sumar a que todos los mexicanos despertemos y nos demos cuenta de la realidad agobiadora y triste que vive nuestra patria ante todo tipo de crisis, tanto económica, política o social, por culpa del gobierno en turno, Morena, la 4T y, sobre todo, por el pésimo presidente López Obrador. Entonces, regresemos a lo importante que es el campeonato nacional de básquetbol antorchista que se realizará en la famosa “Ciudad de la cantera rosa”, Morelia, Michoacán.
La tarea de sembrar en la consciencia nacional que el deporte organizado es clave y que es relevante y de primer orden para la educación y formación de los niños y jóvenes, no es sencillo; entender que una de las cualidades que tiene el deporte (como el básquetbol o el futbol) es que enseña a enfrentar y vencer problemas y dificultades, tampoco es fácil; pero como en la vida nos enfrentamos a un problema tras otro, un sinfín de ellos, hay que aceptar que el deporte es una herramienta formativa para que los niños y jóvenes aprendan a enfrentar problemas de la vida cotidiana.
El deporte no debe se relegado al último lugar o ser proscrito de la educación pública, tampoco debe ser ajeno a la convivencia de los mexicanos, sino todo lo contrario, saber que el deporte fortalece el trabajo en equipo, ayuda a incrementar la competitividad, la superación, la disciplina, vigor, fuerza y la de muchas otras características que hoy el ser humano, y en particular los mexicanos, carecemos.
Debemos saber que el desarrollo del deporte en el mundo siempre va de la mano con el desarrollo de la sociedad; si una sociedad se desarrolla correctamente, sin sobresaltos y angustias para el ser humano, también habrá impulso y masificación de un buen deporte; si una sociedad se desarrolla entre injusticias de todo tipo (pobreza, miseria, violencia, corrupción, etc.) el deporte sufrirá lo mismo y encontrará trabas reales. Esto último es lo que vive y padece el deporte mexicano.
Por esas razones, desde mi modesto punto de vista, siempre será mejor destacar y ser digno de aplausos los torneos deportivos que organiza el Movimiento Antorchista, como este décimo cuarto campeonato de básquet que reunirá a más de 100 equipos en cuatro categorías; y no estar, cada cuatro años, con la aburrida y nefasta interrogante de que si llegaremos o no al quinto partido en una Copa Mundial de futbol. Porque ahí, ya se sabe, «México jugará como nunca y perderá como siempre».
El torneo antorchista que arranca mañana con un colorido desfile, tiene mucho trabajo de coordinación y preparación de las selecciones estatales; Antorcha ha trabajado durante meses, coordinando a los participantes, a gente de las colonias y de los pueblos para que apoyen con el traslado y a veces con el uniforme y el calzado deportivo. Es un trabajo monumental para lograr este encuentro a realizarse los días 26 y 27 de noviembre, en la Unidad Deportiva «Wenceslao Victoria Soto».
Todos los mexicanos debemos unirnos al proyecto deportivo, cultural y político que fomenta, promueve e impulsa el Antorchismo Nacional; un proyecto que vive en el corazón de campesinos, obreros, maestros, niños y jóvenes que se dan cuenta que México necesita a políticos diferentes que cambien la situación social, económica y política; un proyecto que termine con la miseria y la pobreza, la inseguridad y la violencia y se encamine a conquistar un México próspero, equitativo y justo.
Por eso el básquetbol antorchista es un espejo de la vida de los mexicanos, porque ahí se ve que nuestra nación tiene a un mexicano reacio, que puede formarse como un hombre nuevo y enfrentar los problemas de su familia, de su pueblo, de su colonia y de todo México; y se va formando como un hombre que despierta y se suma a otros hombres para comenzar a cambiar su situación, que en pleno 2022, en nada le favorece y sí lo condena más sufrimiento del que siempre quiere salir, pero que sólo lo va lograr cuando todos los mexicanos nos unamos y luchemos en un mismo sentido y con un mismo fin: poner gobernantes que surjan del mismo pueblo y que tengan la capacidad y el compromiso para cambiar la forma de gobernar y la forma de hacer política. Ya es tiempo, ya es necesario. Por el momento, querido lector, es todo.