Hoy (sábado 25 de febrero) se escuchará poesía en todo México. En un mundo convulsionado, habitado por miles de millones de personas que sufren por la desigualdad, la pobreza, la guerra, los abusos de poder y otras calamidades generadas por la concentración abusiva de riqueza en unos cuantas manos, cientos de mexicanos, mujeres y hombres, niños, jóvenes y ancianos; estudiantes, campesinos, comerciantes, maestros, trabajadores, empleados y comerciantes saldrán hoy a declamar en todas las capitales de los estados de la República Mexicana en donde, a través de ellos, tornarán a nosotros poetas de México y de todo el mundo que están ausentes físicamente, así como emergerán nuevos poetas cuya sensibilidad clama por oídos receptivos.
Por el número de participantes, que se calcula en más de mil quinientos, este es el encuentro de declamadores más concurrido que se organiza en nuestro país, donde el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, es practicado y gozado sólo por unos pocos y su difusión masiva no forma parte, ni de lejos, de las preocupaciones de quienes nos gobiernan y de quienes son concentradores y beneficiarios de la riqueza social.
Esta Jornada Nacional de Declamación, convocada por la Comisión Cultural del Movimiento Antorchista, no es un simple acto festivo, una catarsis colectiva o un acto de evasión de esa realidad descrita a grandes trazos al principio de este texto. No. Es una convocatoria al pueblo trabajador para que encuentre en la poesía una manera de aprender a sentir el goce estético del que se le ha privado, condenándolo a ser un accesorio de las máquinas y de los procesos generadores de riqueza, sin que disfrute de esa riqueza.
A las clases trabajadoras y sus familias se les ha empobrecido no sólo económicamente, sino también culturalmente. Millones de personas jamás han tenido contacto con la poesía, el teatro, la danza, la pintura, el cine y la música de calidad, entre otras expresiones artísticas, así que reunir a cientos de declamadores ante miles de espectadores es un acto desafiante que busca acercar al arte con el pueblo y que este empiece a reclamar como un derecho inalienable acceder a sus efectos transformadores.
El goce estético no nace sólo de las cosas bellas, agradables o humorísticas, sino que se origina también en las cosas tristes, feas, terribles, en el dolor mismo reflejado por los artistas, es un acercamiento a la realidad por la vía de la sensibilidad, de las emociones. Pero las cosas no quedan ahí, el goce estético está ligado a la hondura de los planteamientos, a la profunda verdad y vida que palpita en lo que ha creado el artista y es capaz de despertar emociones, sentimientos, razonamientos que se pueden convertir en conductas transformadoras de la realidad, el arte puede ser revolucionario aunque no se lo proponga explícitamente.
La inmensa mayoría de los mexicanos está alejado de las actividades artísticas, a la pobreza material se suma como una pesada losa la pobreza cultural de la que se le hace víctima. Los mexicanos, sea que tengan empleo formal o no, trabajan muchas horas y ganan poco. Cuando disponen de un poco de tiempo libre, de todos modos no asisten a eventos artísticos porque están muy caros o porque no están habituados y sus familias tampoco. Según el reporte sobre asistencia a eventos culturales presentado por el INEGI en julio del 2022, “41.2 % del total de la población declaró que asistió a alguno de los siguientes eventos culturales en los últimos 12 meses: obra de teatro, concierto o presentación de música en vivo, espectáculo de danza, exposición, proyección de películas o cine”, lo que quiere decir que la inmensa mayoría de la población no asistió a los eventos culturales seleccionados para la encuesta y los que asistieron lo hicieron con muy poca frecuencia o una sola vez.
El porcentaje de mexicanos que asistió, 41.2, es muy bajo en relación con la población total, pero la situación empeora cuando se les pregunta por la escolaridad de los encuestados. Resulta que de los asistentes, la gran mayoría corresponde a gente que tiene al menos un grado de educación superior, mientras que número de personas sin educación básica terminada alcanza apenas el 5.6 por ciento en mayo 2022. La cultura está reservada a unos pocos con mayores ingresos y acceso a la educación superior y excluye a gente pobre y sin escolaridad. Finalmente, la gente optó por ir mayoritariamente al cine comercial, mientras que el teatro, la danza, las exposiciones de pintura y escultura tienen porcentajes muy bajos de asistencia. La poesía no aparece siquiera en la encuesta, está prácticamente desterrada de la promoción cultural oficial, de las escuelas y de la vida cotidiana a pesar de su enorme poder generador de emociones, ideas y anhelos.
El arte y el placer estético que produce deben ser patrimonio de todos los mexicanos y lograrlo debe ser uno de los propósitos de la lucha social, por eso en Antorcha hacemos y difundimos arte, para lo cual nos hemos empeñado en crear una vasta estructura de grupos culturales amateurs y semiprofesionales que actúan a lo largo y ancho del país, porque el arte educa, transforma, permite a los pueblos calibrar la verdadera estatura de quienes lo mal gobiernan, entender que el verdadero gigante es ese mismo pueblo que crea riqueza y arte pero no los disfruta; en suma, el arte practicado y asimilado sistemáticamente agita las conciencias, despierta a los pueblos y provoca en ellos verdaderas resurrecciones espirituales. Por eso, aunque solo sea a nivel de demostración de lo que pudiera lograrse si construimos una sociedad en donde se racionalice el tiempo destinado a trabajar, se goce socialmente de los frutos del trabajo y la jornada laboral se armonice con el tiempo destinado a otras actividades, como el arte y el deporte, los invitamos a participar en este extraordinaria Jornada Nacional de Poesía.
Los antorchistas pensamos, como Neruda, que el mundo es tan injusto que ya resulta inhumano, que hay que cambiarlo y humanizarlo, transformarlo con el estudio de la realidad, aprendiendo de teorías y experiencias revolucionarias, con organización del pueblo en un partido verdaderamente suyo, con lucha social valiente… y con arte y poesía:
“Creo que los que hicieron tantas cosas
deben ser dueños de todas las cosas.
Y los que hacen el pan deben comer!
Y deben tener luz los de la mina!
Basta ya de encadenados grises!
Basta de pálidos desaparecidos!
Ni un hombre más que pase sin que reine.
Ni una sola mujer sin su diadema.
Para todas las manos guantes de oro.
Frutas de sol a todos los oscuros!”
Que así sea.