El presidente de Chile, Gabriel Boric, intensificó este viernes su giro al centro y acometió su segundo cambio de gabinete en un año, que incluye una remodelación profunda de la Cancillería y el reemplazo de la independiente Antonia Urrejola por el socialdemócrata Alberto van Klaveren.
“Necesitamos equipos con conocimiento del Estado, con energía nueva y también con la experiencia necesaria para poder responder sin dilaciones ni excusas las demandas urgentes”, dijo Boric tras tomar juramento a los nuevos miembros de su gabinete.
También hizo cambios en las carteras de Obras Públicas, donde entra Jessica López; Cultura, Artes y Patrimonio (Jaime de Aguirre); Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (Aisen Etcheverry) y Deportes.
Este último ajuste es especialmente importante, pues Chile será sede en octubre de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos y la ministra saliente, Alexandra Benado, había recibido críticas por la supuesta lentitud en la preparación de los recintos deportivos. En su lugar, asume Claudio Pizarro, popular exfutbolista del Colo Colo.
“Lo que me motiva para hacer estos cambios no son las presiones políticas ni las compensaciones menores, el propósito es mejorar nuestra capacidad de respuesta y la gestión ante las urgencias que hoy en día tiene nuestra patria”, apuntó el mandatario.
“Hemos tenido dificultades, qué duda cabe”, admitió Boric, quien reconoció que necesita “mayorías” y “ampliar la base de apoyos”.
“Vuelve el Bacheletismo”
Se trata del segundo cambio ministerial que realiza Boric desde que asumió el poder hace un año y ocurre dos días después de haber recibido su mayor derrota legislativa, cuando la Cámara de Diputados rechazó su prometida reforma tributaria, con la que pretendía financiar su programa social y recaudar el 3.6 % del PIB en cuatro años.
El ajuste ministerial era reclamado tanto desde la oposición como desde una de las dos coaliciones oficialistas, Socialismo Democrático, que se sentía subrepresentada frente a Apruebo Dignidad, formada por el Partido Comunista y el Frente Amplio, el partido de Boric.
Con el nuevo ajuste, el exlíder estudiantil de 37 años mantiene la paridad de género (12 hombres y 12 mujeres) y aumenta el peso del Socialismo Democrático -tanto en la primera línea como a nivel de subsecretarías-, integrado por los partidos tradicionales de la centro izquierda que gobernaron Chile tras la caída de la dictadura.
“El gabinete original que asumió hace un año, más vinculado al mundo social, poco a poco se ha ido diluyendo y han ido tomando más control personas vinculadas a los partidos tradicionales. Pizarro, Van Klavere y López están anclados al mundo bacheletista”, afirmó a EFE Rodrigo Espinoza, de la Universidad Diego Portales (UPD).
El nuevo canciller es un nombre conocido en la diplomacia regional y muy cercano al Partido por la Democracia (PPD), al que pertenece la poderosa ministra del Interior, Carolina Tohá, quien llegó a La Moneda en septiembre junto a otro peso pesado de la centroizquierda: Ana Lya Uriarte, actual ministra de la Secretaría General de la Presidencia, encargada de las relaciones con el Parlamento.
Fue subsecretario de Relaciones Exteriores durante el primer mandato de Michelle Bachelet (2006-2010), exembajador de Chile en Bélgica y agente ante La Haya durante el litigio marítimo con Perú.
“El primer gabinete era un gabinete de amigos, que representaba muy bien el espíritu refundacional del estallido. Este gabinete es mucho más moderado, de centro. Ha sido un año de moderación gradual y forzada”, aseguró a EFE Kenneth Bunker, de Politico Tech Global.
“No creo que Boric se sienta del todo cómodo, pero es algo que necesita hacer si es que quiere conseguir resultados”, agregó.