A los 101 años Pablo González Casanova falleció este martes en la Ciudad de México, sociólogo, abogado e historiador recordado por su trayectoria como académico, escritor, promotor de la democracia, y por su paso como rector en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entre 1970 y 1972.
Tras su deceso, la propia UNAM reconoció a González Casanova como un “muy distinguido universitario”, rector de la Universidad, impulsor de la democracia en México, baluarte del pensamiento crítico y siempre comprometido con las mejores causas sociales”.
Nacido en 1922 en Toluca, Estado de México, Pablo González Casanova cursó estudios superiores de Derecho e Historia, maestría en Ciencias Históricas y doctorado en Sociología con mención magna cum laude.
En 1970 fue elegido para suceder al también exrector de la UNAM Javier Barros Sierra. Durante su rectorado y con su inspiración, fueron creados los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) y el Sistema de Universidad Abierta, que en la actualidad ha incorporado la modalidad de educación a distancia.
Fungió, a partir de 1966, como director del Instituto de Investigaciones Sociales y, además, como Secretario General de la Asociación de Universidades, Presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología, Consejero de la Universidad de las Naciones Unidas, Presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología y Director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Humanidades.
En un inicio fue becario, profesor e investigador en El Colegio de México, y fue académico de tiempo completo, en toda la dimensión del adjetivo, en la UNAM, primero en la Escuela Nacional Preparatoria y luego en la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, de la cual fue director.
Destaca el impulso que dio a un plan de estudios basado en teorías económicas, políticas y sociales con un desenvolvimiento histórico, así como el interés que ha mostrado en la preparación de la planta docente tanto en México como en el extranjero.
Además, González Casanova llevó su saber a otras regiones del mundo al impartir cátedra en instituciones como la Universidad de Oxford, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Cambridge.
En sus cursos y lecciones de sociología en México se fundan las ideas expuestas en una de sus obras más conocidas e influyentes: La democracia en México, libro que marca el nacimiento de la sociología política mexicana, pues fue el primer estudio sistemático sobre la estructura del poder, basado en la investigación empírica y animado por una teoría crítica.
Por la dedicación y calidad de su labor, recibió numerosos galardones, entre los que destacan la Medalla de honor de la Universidad de Carlos Marx (Leipzig, Alemania), el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, el Premio Internacional José Martí y el Premio Daniel Cossío Villegas en Ciencias Sociales.
También, los nombramientos como Profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y como Profesor Honorífico de la Universidad Mayor de San Simón, de Cochabamba, Bolivia.
Fue doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Sinaloa, la Universidad Autónoma del Estado de México, la Universidad de Colima, la Universidad de Guadalajara, la Universidad de la República (Montevideo, Uruguay) y la UNAM.
Por su parte, fue miembro de la Academia de la Investigación Científica, de la Asociación Mundial de Relaciones Internacionales, del Seminario de «Problemas Científicos y Filosóficos», de la The New York Academy of Sciences, de la American Association for the Advancement of Sciences y del Consejo Internacional del Berliner Institute für Kritsch Theorie.
Recuerdan sus esfuerzos e hitos
El canciller mexicano Marcelo Ebrard también lamentó el suceso y destacó que fue un “pensador comprometido siempre con la igualdad y la democracia”.
El senador del Grupo Plural, Emilio Álvarez, sostuvo que fue “toda una vida de lucha y de compromiso con las causas de los que menos tienen”.
“Académico, pensador, un hasta luego a Don Pablo González Casanova”, acompañó en una publicación en su cuenta de Twitter.
Algunas editoriales como Letras Libres también sostuvieron que fue “un hombre comprometido con su tiempo, estudioso de la democracia en México e incansable impulsor de la identidad de los pueblos indígenas”.
Alejandra Fraustro, titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno mexicano, sostuvo que “se va un referente de la lucha por la democracia y en favor de la dignidad para los oprimidos”.
El Colegio de México también lamentó su sensible fallecimiento y reslató que fue un “distinguido sociólogo, politólogo e historiador mexicano”, así como lo distinguió por haber sido egresado y colaborador cercano de este Colegio.