Los repartidores de comida rápida en la ciudad mexicana de Tijuana comenzaron a llegar este jueves a los linderos del campamento entre los muros fronterizos, donde pernoctan alrededor de 400 migrantes de diversas nacionalidades, incrementando los precios de los productos hasta los 100 dólares.
Los migrantes varados en esta zona a la espera de ser procesados para sus solicitudes de asilo han compartido que la necesidad les ha llevado a pagar estas cantidades, pero que es poco lo que reciben en donaciones por parte de las fundaciones y lo que les provee la Patrulla Fronteriza por las mañanas.
Algunos de los vendedores consultados por EFE aseguran que los precios que están dando en productos alimenticios como pizzas y pollos son los justos, sin embargo, cuando fueron cuestionados algunos de ellos se molestaron y decidieron no contestar.
Dos de los vendedores que decidieron omitir sus nombres, que trabajan mediante las aplicaciones, compartieron a EFE que estuvieron recibiendo los pedidos por la aplicación, lo cual se intensificó desde el pasado miércoles.
“Les traemos pizzas, pollos, sodas, cigarros y de todo lo que nos pidan”, dijo la persona, quien señaló que este era su segundo día yendo a la frontera a proveer de alimentos a los migrantes, lo mismo refirió otra de las personas de su misma compañía, quien dijo que “nos ha ido bien con la vendimia”, quien agregó que tiene tres aplicaciones mediante las cuales hace los servicios.
Antonio, otro de los repartidores, dijo a EFE que es por las mañanas cuando los migrantes suelen hacer de manera simultánea los pedidos, algunos de ellos de forma desesperada una vez que llegan al muro, ya que son personas que no cuentan con celular o que se han quedado sin batería, por lo que desde los barrotes sacan sus manos y les piden a gritos que tomen sus pedidos.
Situación crítica en el campamento
Una madre de familia, procedente de Ecuador, quien pidió resguardar su nombre por seguridad, dijo a EFE que al interior del campamento “se vive una situación muy dura”, pues de entrada solamente cuentan con un baño portátil para las personas que ahí cohabitan, además que las autoridades estadounidenses han dado prioridad a las familias y no así a las mujeres solas.
“No es justo, porque deberíamos ir ingresando como vamos llegando y hemos pasado, así como ves bajo el sol, con hambre y sufriendo, estamos como en los tiempos de antes, sufriendo mucho y lo que queremos es entrar, porque en la noche el frío es inhumano, lloramos del frío y más que anoche llovió”, dijo.
La mujer migrante resaltó que la Patrulla Fronteriza por las mañanas “solamente les reparten granola y una botella de agua para todo el día”, por lo que agradeció a las personas que durante el día les llevan comida, ya que de otra manera se tienen que ajustar a los precios de los repartidores.
Nicole Elizabeth Ramos, directora de la organización Al Otro Lado, consideró como un acto «vergonzoso» que las personas se estén aprovechando de la situación de los migrantes y les estén vendiendo los alimentos a precios más elevados, considerando que son primarios para subsistir.
“Es una desgracia, ¿cómo van a vender cosas a esas personas que están atrapadas por los dos muros entre México y Estados Unidos? La gente está muriendo de hambre, no pueden estar vendiendo así sus cosas, deberían estar avergonzados”, consideró.
Por estos motivos, Nicole y el equipo de Al Otro Lado asistieron este día jueves al muro para llevar algunos alimentos, ropa y bebidas para las personas que más lo necesitan dentro del campamento, además de otros artículos de higiene personal para adultos y menores.
Cosa que también están realizando personas de otras fundaciones y ciudadanos, como se pudo observar en el recorrido realizado por EFE, quienes de forma desinteresada han estado contribuyendo para evitar que los vendedores se sigan aprovechando de la situación.