Existen en cada uno de los municipios del área conurbada y municipios vecinos, cinturones de pobreza en mayor o menor grado, donde faltan servicios.
Ramón Rosales Córdova
Hoy por hoy Monterrey y su área metropolitana son en buena parte una ciudad industrial. No faltan los grandes corporativos de supermercados como Soriana, Walmart, HEB y sus múltiples derivados (Aurrera, Mi Tienda, etcétera) acordes con el mercado que desean conquistar y someter.
También está la cadena de restaurantes Toks, que se encuentra operando en México desde 1971, y Monterrey no es la excepción. Además, de ahí es Grupo Femsa, encargada de la cadena de tiendas de conveniencia OXXO, que cuenta con una megapresencia, no sólo en la ciudad cosmopolita regia, sino en gran parte del país y sucursales en varios puntos de América. Es socio de la multinacional Coca-Cola en el embotellamiento de sus refrescos.
En Monterrey también se localizan las sedes de Cemex, empresa líder en el ramo de la construcción; Grupo Ternium, referente en el rubro del acero; y Grupo Financiero Banorte, uno de los bancos más importantes de México.
He aquí por qué el estado de Nuevo León aporta un porcentaje alto del producto interno bruto (PIB) superior en mucho al nacional y de otros estados de la república, convirtiéndose en el segundo estado con mayor captación de inversión extranjera.
La historia regiomontana siempre se ha visto ligada al sector industrial; muestra de ello es la ya extinta fundidora, pilar en el ramo siderúrgico del país nacida en 1900.
Sin lugar a dudas, Monterrey es cuna de grandes emprendedores, dispuestos a colaborar en el crecimiento de la sociedad con ideas innovadoras y planes estratégicos bien desarrollados que han sido clave para la edificación de exitosos proyectos empresariales.
En adición a esto, la vecindad que tiene con los Estados Unidos convierte a este estado en un punto estratégico para la importación y exportación de mercancía, una ventaja que resulta muy atractiva para empresas de todas partes del mundo.
También hay que tener en cuenta que en Nuevo León se ha estado trabajando arduamente en el desarrollo de avanzada tecnología para la optimización de los procesos industriales, así como en una oferta educativa de calidad para los que la pueden costear; para la formación de nuevos profesionales que mantengan al sistema en operación sistemática.
A la par, el comercio electrónico está aumentando en gran medida en la Sultana del Norte, por lo que es importante el establecimiento de centros de distribución en esta zona. Ha habido un boom y tanto Amazon, como Mercado Libre, DHL, Estafeta, están tratando de encontrar espacios para hacer entregas más rápidas.
Dichas empresas han adquirido espacios que van desde los 21 mil hasta los 60 mil metros cuadrados, y su proyección es contar con la capacidad para atender los mercados de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, San Luis Potosí y Zacatecas, aseveró Sergio Reséndez, director de Colliers Monterrey.
Es importante resaltar que está en puerta el proyecto del fabricante de autos eléctricos de primer mundo Tesla, que necesita de proveedores y distribuidores, entre muchas otras cosas para su operación.
Todo lo antes mencionado en cierta medida es cierto. Sin embargo, el crecimiento y el desarrollo económico no benefician a toda la población regia nacida en la metrópoli, y la adoptada, no sólo de todo el país, sino de Sudamérica; una ola enorme de migrantes connacionales y extranjeros, que complican el desarrollo social económico de la ciudad.
Una ciudad de primer mundo, pero ¿para qué mundo? Existen en cada uno de los municipios del área conurbada y municipios vecinos, cinturones de pobreza en mayor o menor grado, donde faltan servicios: agua, electrificación, pavimentación, drenaje, viviendas dignas, y me pregunto yo: ¿acaso no se ven?
Bueno, me respondo: sí, pero no interesan en lo más mínimo las necesidades del pueblo trabajador: sólo así nos lo podemos explicar. No interesa, sobre todo, a quien pudiera resolverlo de manera inmediata: al Gobierno federal, de Morena y encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
Desde su llegada, y antes de su “Por el bien de todos, primero los pobres”, ha sucedido así. Desafortunadamente, el dinero recaudado a través de los impuestos que solventa el pueblo trabajador, no se le regresa al pueblo: se invierte en proyectos que benefician en grado superlativo a la clase del dinero y dueña de los medios de producción. Como ya dije, colonias proletarias y rancherías rurales son testigos ominosos de la brutalidad humana de nuestros gobernantes.
El pueblo tiene en sus manos la solución: debe hacerse del conocimiento; de conocer el desarrollo de la sociedad, porque el conocimiento da alternativas de solución y abre caminos hacia distintas metas, como un mundo más solidario, fraterno, donde prevalezca para todo ser humano la justicia y la equidad.
La “cuarta transformación” no da muestras de querer sacar al pueblo de la pobreza; lo mantiene hechizado, adormilado, con las limosnas que le da de manera “directa” con su tarjetitas de bienestar. Pero debe despertar de su letargo.
Es la hora de desenmascarar a los falsos profetas; a los mesías faltos de humanismo, para que verdaderamente se comprometan y accionen a favor de los desvalidos de nuestro México querido, y por la emancipación de la clase trabajadora.
Esta obra magnánima de crear un gobierno de nuevo tipo sólo la puede hacer quien sufre las atrocidades del sistema concentrador de la riqueza; riqueza que produce quien no la disfruta, por vivir en un mundo dividido en clases. Los que son dueños sólo de su fuerza de trabajo, convertida en mercancía, la venden al mejor postor, a los amos y señores dueños de los medios de producción.