Israel anunció el miércoles que permitirá a Egipto entregar cantidades limitadas de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. La primera concesión en un asedio de 10 días contra el territorio se produjo un día después de que una explosión en un hospital de Gaza causó la muerte de cientos de personas y puso una inmensa presión sobre los doctores de Gaza que atienden a los múltiples heridos mientras se agotan los suministros médicos.
El anuncio de permitir el ingreso de agua, alimentos y otros suministros se produjo mientras la furia por la explosión del martes por la noche en el hospital Al Ahli se propagaba por el Medio Oriente, y durante la visita del presidente estadounidense Joe Biden a Israel, que tenía como propósito evitar un conflicto más amplio en la región.
Hubo afirmaciones contradictorias sobre la autoría de la explosión, pero rápidamente hubo protestas en la región luego de que dirigentes árabes dijeron que Israel era el responsable. Funcionarios de Hamas en Gaza atribuyeron el estallido a un bombardeo israelí y afirmaron que habían muerto cientos de personas. Israel negó su implicación y difundió una avalancha de videos, audios y otro tipo de información que, afirmó, demostraba que la explosión se debió a un cohete malogrado lanzado por la Yihad Islámica, otro grupo militante palestino que opera en Gaza. La Yihad Islámica refutó la acusación.
The Associated Press no ha verificado de forma independiente ninguna de las afirmaciones o pruebas de las partes.
Israel suspendió el suministro de agua, electricidad, combustible y otras provisiones a Gaza poco después de que combatientes de Hamas atacaron comunidades del sur de Israel el 7 de octubre. A medida que se agotan los suministros, muchas familias de Gaza se han visto orilladas a hacer una comida al día y han tenido que recurrir a agua no potable.
La masacre en el hospital Al Ahli puso de manifiesto el impacto del asedio. Videos del lugar mostraban los terrenos del hospital llenos de cadáveres, muchos de ellos niños. Cientos de heridos fueron trasladados a otro hospital que estaba casi sin suministros ni combustible para sus generadores, y los médicos realizaron operaciones quirúrgicas en el piso, a menudo sin anestesia.
Biden explicó que el presidente egipcio había accedido a abrir el paso fronterizo y a permitir la entrada de un primer grupo de 20 camiones con ayuda humanitaria. Si Hamas confisca la ayuda, “se acabará”, sentenció. La ayuda empezará a circular no antes del viernes, dijeron funcionarios de la Casa Blanca.
Egipto aún debe reparar la carretera que cruza la frontera que fue destrozada por los ataques israelíes. Más de 200 camiones y unas 3 mil toneladas de ayuda se encuentran en el paso fronterizo de Rafah o en sus inmediaciones, listos para entrar, declaró el director de la Media Luna Roja para el norte del Sinaí, Khalid Zayed.
Los suministros entrarán bajo la supervisión de la ONU, declaró el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry, a la cadena de televisión Al-Arabiya. A la pregunta de si se dejaría pasar a los extranjeros y a los ciudadanos con doble nacionalidad que quisieran salir, respondió: “Siempre y cuando el cruce funcione con normalidad y las instalaciones (del cruce) hayan sido reparadas”.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que la decisión se aprobó tras una petición de Biden. Asimismo, afirmó que Israel “no frustrará” las entregas de alimentos, agua o medicinas procedentes de Egipto, siempre y cuando se limiten a los civiles del sur de la Franja de Gaza y no vayan a parar a los combatientes de Hamas. En la declaración no se menciona el tan necesario combustible.
Los ataques palestinos con cohetes contra Israel se reanudaron el miércoles tras una pausa de 12 horas. Los ataques israelíes contra Gaza continuaron, incluso contra ciudades del sur que Israel había descrito como “zonas seguras” para los civiles.
En su breve visita, Biden trató de encontrar un equilibrio entre mostrar el apoyo de Estados Unidos a Israel y contener la creciente alarma entre los aliados árabes. A su llegada, Biden abrazó a Netanyahu y expresó su preocupación por el sufrimiento de los civiles de Gaza.
Biden dijo que la explosión del hospital no parecía ser culpa de Israel, y advirtió a los israelíes que no permitieran que la rabia por el mortífero ataque de Hamas los consumiera.
El ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi, advirtió que la guerra estaba “llevando a la región al borde del precipicio”. Tras la explosión en el hospital, Jordania canceló una reunión entre Biden, el rey Abdalá II de Jordania, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, y el mandatario de Egipto, Abdul Fatá El Sisi.
El ejército israelí realizó el miércoles una rueda de prensa en la que expuso sus argumentos de por qué no era responsable de la explosión en el hospital Al Ahli.
El portavoz militar, el contralmirante Daniel Hagari, afirmó que el ejército no estaba disparando en la zona cuando se produjo la explosión. Indicó que el radar israelí confirmó que la Yihad Islámica palestina había disparado cohetes desde un cementerio cercano en el momento de la explosión, sobre las 6:59 de la tarde. Un video independiente muestra cómo uno de los cohetes cae, aseveró.
El cohete cayó en el estacionamiento exterior del hospital, añadió. Si se hubiera tratado de un ataque aéreo israelí, se habría producido un gran cráter; en cambio, la explosión fue resultado de la ojiva del cohete y de su propelente no utilizado, afirmó.
Hamas calificó la explosión del hospital del martes como una “horrible masacre”, y afirmó que fue causada por un ataque israelí.
La Yihad Islámica apuntó a la orden dada días antes por Israel de que se evacuara el hospital Al Ahli y a un ataque anterior contra el hospital como prueba de que éste era un objetivo israelí. También afirmó que la magnitud de la explosión, el ángulo de caída de la bomba y el alcance de la destrucción apuntaban a Israel.
El obispo anglicano de Jerusalén, Hosam Naoum, declaró que el hospital, operado por la Iglesia Episcopal, había recibido al menos tres órdenes de desalojo del ejército israelí en los días anteriores a la explosión. El hospital fue alcanzado por cañoneos israelíes el domingo, hiriendo a cuatro empleados, señaló Naoum. Israel ordenó la semana pasada la evacuación de los 22 hospitales del norte de Gaza.
Naoum no quiso culpar a ninguna de las partes de la explosión. “Sólo queremos que la gente vea lo que está ocurriendo sobre el terreno y esperamos que la gente llegue a la conclusión de que ya hemos tenido bastante de esta guerra”, declaró.
Cientos de palestinos se habían refugiado en el Al Ahli y en otros hospitales de Ciudad de Gaza con la esperanza de librarse de los ataques después de que Israel ordenó a todos los residentes del norte de la Franja de Gaza que desalojaran la zona y se desplazaran hacia el sur.
El miércoles por la mañana, el lugar de la explosión estaba cubierto de coches carbonizados y el suelo, ennegrecido. Un hombre que había estado refugiado allí con su familia, Mohammed al-Hayek, dijo que estaba sentado con otros hombres en una escalera del hospital el martes por la noche, temeroso de sentarse en el patio.
Se apartó para traerles café cuando se produjo la explosión.
“Cuando volví, estaban hechos pedazos”, comentó.
El número de muertos en Al Ahli era conflictivo. En un principio, el Ministerio de Salud de Gaza dijo que habían muerto al menos 500 personas, pero el miércoles revisó esa cifra a 471. Funcionarios de Al Ahli afirmaron que la cifra era de cientos.
El ministerio añadió que 3 mil 478 personas han muerto en Gaza desde el comienzo de la guerra y más de 12 mil habían resultado heridas, en su mayoría mujeres, niños y ancianos. Se cree que otras mil 300 personas de Gaza están enterradas bajo los escombros, vivas o muertas, según las autoridades sanitarias.
En Israel han muerto más de mil 400 personas, en su mayoría civiles asesinados durante la incursión de Hamas.