México tiene hasta 18 mil millones de pesos para atender desastres naturales como el ciclón Otis, que impactó como huracán categoría 5 en las costas de Acapulco, Guerrero.
En comparecencia ante el Senado, el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Gabriel Yorio, aseguró que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) cuenta actualmente con una línea presupuestal por 10 mil millones de pesos.
Precisó que este Fonden no se extinguió por completo, sino que centralizó en el Gobierno mexicano los recursos que antes administraba el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) y los municipios en el país.
“Lo que se retiró de, sobre todo del administrador del Fonden, que era Banobras, es el sistema de gestión financiera pública, es decir, ya no es que sea Banobras y los municipios quienes establecen el sistema de facturas”, aclaró Yorio.
Dijo que en este tipo de eventos, como el impacto del huracán Otis, el Gobierno mexicano centraliza los recursos y define los proyectos de recuperación, para luego transferir a los ejecutores de los recursos para activar planes de emergencia y restauración.
Señaló, además, que las reservas que se tienen para desastres naturales no se tocaron aún después de la eliminación de 109 fideicomisos, incluido el Fonden, en reformas aprobadas por el Congreso mexicano en diciembre de 2020.
Yorio también aseguró que existen 5 mil millones de pesos en seguros catastróficos que se contratan cada año y añadió que cuentan con 485 millones de dólares del bono catastrófico que tiene México en conjunto con la Alianza del Pacífico, que integra junto con Chile, Colombia y Perú.
“Entonces la cobertura de la reserva de efectivo y de los seguros paramétricos para desastres se ha mantenido intacta y la hemos renovado en cada ciclo presupuestal”, concluyó.
Ayer miércoles, la Asociación de Bancos de México (ABM) informo en conferencia de prensa que, en los últimos 22 años, el costo por desastres naturales alcanzó los 582 mil millones de pesos, lo que equivale a 1.3 veces la cartera de crédito a micros, pequeñas y medianas empresas.
El sector bancario también dio inicio a diversas acciones para hacer frente a los impactos del ciclón Otis, como la apertura de cuentas para recibir donaciones, el traslado de insumos básicos, la tregua para deudores y el acercamiento de efectivo y terminales para que afectados puedan disponer del dinero de sus cuentas.