Un niño de un año murió y otro de 4 se ha recuperado tras haber estado expuestos al fentanilo —un opiáceo sintético mortal— en Sinaloa, un estado del noroeste de México estratégico para el narcotráfico, informaron el lunes las autoridades.
En una conferencia de prensa, el gobernador del estado, Rubén Rocha, no detalló si los menores ingirieron la droga o cómo los menores fueron expuestos al fentanilo pero reconoció que, en lo que va de año, un total de cuatro niños han sido tratados en Sinaloa, el estado sede del cártel del mismo nombre y que es una de las mayores organizaciones criminales del hemisferio.
Según el gobernador, se trata de “un contagio ocasional” de los niños por haber tenido contacto con algún adicto o con personas que trabajan en lugares clandestinos, donde se fabrican las píldoras de fentanilo.
El secretario de Salud de Sinaloa, Cuitláhuac González, dijo que los niños parecen haber estado expuestos al fentanilo en dos eventos diferentes la semana pasada, y que se espera que el niño de cuatro años sea dado de alta del hospital pronto.
González también descartó la posibilidad de que los niños pudieran haber comido caramelos con droga, una creencia popular muy extendida en México.
Rocha se apresuró a señalar que hasta ahora “uno solo ha fallecido, los otros tres no” y subrayó que en su estado no hay “laboratorios” de esta droga —aunque las fuerzas armadas así han llamado a ciertos lugares que han desmantelado–, sino “talleres” o “cocinas” donde se elaboran pastillas de esta sustancia.
Estos espacios son comunes en el estado y es donde prensan el polvo de fentanilo hasta convertirlo en pastillas que simulan medicamentos populares en Estados Unidos como el Oxycontin, Valium, Xanax, entre otros.
Muchas personas han muerto en Estados Unidos por tomar pastillas que no sabían que contenían fentanilo. La adicción a esta droga sigue siendo rara en México porque las píldoras se destinan mayormente a la exportación, ya que es una de las drogas más lucrativas de estos tiempos.
El gobernador Rocha trató de restar importancia al asunto. “Aquí (ni) en Sinaloa ni en el Golfo de California hay fentanilo, lo que se llama la sustancia activa… No existe ningún indicio de que entre el fentanilo por aquí”, afirmó, aunque reconoció que eso no evita que se utilice para fabricar pastillas dentro de la región.
Rocha es un gobernante del mismo partido que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y parecía repetir los pronunciamientos hechos anteriormente por el mandatario. Sin embargo, los expertos coinciden en que los cárteles mexicanos importan precursores químicos de China, los transforman en fentanilo y luego envían las pastillas a Estados Unidos.
Rocha explicó que en los lugares donde se hacen las pastillas aparecen también otras sustancias destinadas a evitar dolores de estómago o de cabeza. “Todo eso lo cuidan los traficantes”, declaró.
Tanto el presidente como el gobernador han querido enfatizar el carácter campesino de un estado que aunque es una de las regiones agrícolas más importantes del país también ha sido la cuna de los principales cárteles de México. Los expertos coinciden en que su mayor fuente de ingresos es el narcotráfico y los negocios ilícitos asociados a él.
Alrededor de 70 mil adultos mueren cada año en Estados Unidos por sobredosis de fentanilo. Pero la exposición a cantidades mínimas puede ser mortal para los niños pequeños.
En septiembre, un niño murió repentinamente en una guardería de Nueva York tras haber estado expuesto al fentanilo. Durante la siesta, otros niños del mismo centro infantil del Bronx experimentaron síntomas de intoxicación por opioides y necesitaron ser reanimados.
En ese caso, la policía encontró un ladrillo de fentanilo en lugares destinados al juego de los niños junto con material utilizado a menudo para empaquetar drogas. Un registro posterior permitió descubrir una trampilla en una zona de juegos, bajo la cual la policía encontró más paquetes de droga.