Estamos viviendo una de las peores crisis por falta de agua en todo el país, que se ha visto agudizada en la CDMX, Valle de México y también en Hidalgo, con graves consecuencias para las familias trabajadoras. En los días transcurridos del presente año y finales del anterior, es frecuente ver las protestas de vecinos por falta de agua en su hogar, obviamente, en esos hogares donde “oficialmente” se cuenta con una red de agua potable, porque hay otros que ni red tienen. Ahora en la CDMX, no solamente se han visto afectados aquellos domicilios de las alcaldías que año tras año padecen de falta de abastecimiento de agua potable, como Iztapalapa o Gustavo A. Madero, sino otras más de clases medias.
Aquí en Hidalgo, como lo mencionaba en mi comentario en el programa Hablando Claro, en Radioexpresión México, con don Manuel Aparicio, la sequía que ha sufrido el estado por tres años consecutivos ha traído graves consecuencias, no solamente en la falta de agua en las viviendas, sino también en el campo, pues ante la falta de lluvia, no se está produciendo maíz para alimentar a las familias de la Sierra, la Huasteca, la Comarca Minera y el Valle del Mezquital. Es Hidalgo uno de los estados con mayor subdesarrollo y marginación: más de 300 mil hidalguenses no pueden gozar del preciado líquido en sus casas, y 11 de cada cien no tienen sistema de alcantarillado, según la Comisión Nacional de Agua (Conagua).
La carencia del vital líquido se ha acentuado en la mayor parte del territorio hidalguense, pero en los municipios con un alto rezago social, es mayor. E igualmente en colonias populares de la capital y su zona conurbada, así como en Zacualtipán, donde sus pobladores padecen por la falta de agua a pesar de que desde hace ya casi cinco años, el presidente Andrés Manuel López Obrador les prometió resolver el problema ¡cuando se rifara o vendiera el avión presidencial!
De acuerdo con los datos de la Conagua, en el ámbito nacional, 33% de los hogares con acceso al agua no la reciben diariamente, viéndose en la necesidad de incurrir en gastos adicionales, como comprar agua embotellada o instalar sistemas de purificación. Hidalgo es el séptimo estado de la república con mayor estrés hídrico.
Y, ahora, para resolver el desabasto en la CDMX y el Valle de México, AMLO propone perforar pozos en Hidalgo para atender la crisis hídrica; citan algunos medios nacionales que: “apenas el pasado martes 13 de febrero López Obrador abordó el tema de la crisis por agua […] y para resolverle el problema a la zona urbana más grande del país, el mandatario plantea extraer el líquido desde el estado de Hidalgo; y según personal de Conagua, existen formas de obtener agua a mediano plazo para la ZMVM, sin embargo, se harán públicas con posterioridad, porque se prevé descontento entre los pobladores de las zonas de donde se extraería el líquido”, o sea, el gobierno federal le hará trampa a los hidalguenses.
El 30 por ciento del agua que se consume en la ZMVM proviene del sistema Lerma-Cutzamala, y el resto se extrae de pozos en el Valle de México. Pero de acuerdo con el más reciente reporte oficial, al 12 de febrero el almacenamiento, en dicho sistema era de 38.7%. Debemos recordar ahora que la crisis de agua en la CDMX es mayor, que el presidente López Obrador y sus contertulios llevan 25 años gobernando la CDMX, y que, de acuerdo con datos oficiales, se desperdicia el 40% del agua potable en fugas, por una infraestructura vieja y sin mantenimiento por parte del gobierno de la ciudad. Así que no son solo los factores del cielo los que tienen a la ZMVM en esta grave crisis de agua, sino la indolencia del grupo político gobernante.
Es indudable que estamos ante una crisis hídrica: 60 por ciento de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación, 157 acuíferos están sobreexplotados, además de que 50 por ciento del territorio ha perdido su cobertura vegetal original. Esos fenómenos, más el cambio climático, plantean un escenario de alteración del sistema hidrológico, alertó Fernando González Villarreal, coordinador Técnico de la Red del Agua UNAM y director del Centro Regional de Seguridad Hídrica de la UNESCO. Y, ciertamente, el cambio climático, al que se echan casi todas las culpas, está afectando las precipitaciones y esto reduce la recarga de acuíferos y embalses, disminuyendo la disponibilidad de agua para consumo humano, agrícola e industrial.
Pero como he señalado en otras ocasiones, en lugar de atender las causas de fondo de la falta de agua, del aumento de la temperatura en el planeta, los gobernantes cumplen la función para la que fueron elegidos: representar los intereses del gran capital y facilitar a este todas las condiciones para obtener la máxima ganancia, aun a costa de la vida de sus gobernados. Algunos ejemplos para documentar mi afirmación: se da prioridad a surtir de agua al nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, y a cambio se dejan colonias completas de Pachuca y su zona conurbada sin el servicio; también en otras ocasiones he tenido la oportunidad de señalar acciones que, más que contrarrestar los efectos de la escasez de agua, contribuyen a agravarlos; por ejemplo, la construcción de la Cervecería Modelo en Apan, que consume miles de litros de agua en detrimento de la población del altiplano hidalguense. El otro gran negocio está en la industria del agua embotellada, y su venta y consumo; hay sobredemanda, y México es el principal país consumidor de agua en botellas y garrafones. A pesar de contar con fuentes de agua potable, muchas personas optan por consumir agua embotellada debido a la mala calidad del agua. Esto genera un aumento en la demanda de agua embotellada, lo que contribuye a la sobreexplotación de recursos hídricos y al problema de los residuos plásticos.
Como acertadamente lo dijo la revista de circulación nacional, BUZOS, en su edición del 10 de julio de 2022, a través de un artículo del Dr. en Economía, Abel Pérez Zamorano:
“En este sistema neoliberal, el agua, como casi todo, se ha convertido en una mercancía, accesible solo a quien pueda pagarla. El modelo económico debe cambiar para hacer válido el derecho de todo mexicano a acceder al agua”. Nos dice que: “la causa fundamental […] es su acaparamiento y uso desmedido por grandes corporativos agrícolas, industriales, y mineros destacadamente”.
En igual sentido vemos escrito en Rebelión, lo siguiente: “Mientras Conagua continúe ofreciendo concesiones de extracción de agua a empresas privadas, como las inmobiliarias–que según el secretario Pedro Moctezuma, acaparan la mayor parte del 70% de los volúmenes de agua, siendo el 2% de los consumidores quienes cuentan con alguna concesión– y mientras no haya planes de infraestructura hídrica para los lugares más remotos del país, seguirá escaseando el agua y siendo inaccesible para cerca de 10 millones de mexicanos sin acceso al vital líquido. Pero, más allá de las soluciones de infraestructura y administración pública, la contaminación producida por la sobreexplotación de este sistema capitalista y extractivista, está cambiando la temperatura del planeta y provocando una crisis ambiental brutal, que los grandes empresarios no van a ceder por su buena voluntad” (Rebelion.org. 2 de febrero de 2024)
Toca al pueblo trabajador “organizarse en defensa del agua y los recursos naturales, contra la apropiación privada y la sobreexplotación irracional de este sistema depredador. No es sequía, es saqueo”. A los habitantes de la CDMX, del Valle de la ciudad de México y de Hidalgo, los invitamos a luchar juntos para a hacer válido nuestro derecho al agua potable.