Por: Miguel Angel Casique Olivos. La encuesta número 11 que este 2017 realizó Consulta Mitofsky sobre las preferencias de los aficionados al futbol en México, reveló que el 56 por ciento, algo así como 70 millones de los mexicanos a quienes les gusta jugar, ver o estar enterados sobre deportes prefieren el futbol, disciplina considerada como la más popular, seguida por el box, con un 36 por ciento de preferencia y el beisbol con 25 por ciento.
Además de estos datos dicha encuesta refiere que el incremento en la afición al futbol tiene dos fuentes principales: una nueva afición joven y un crecimiento en el occidente del país; en más datos publicados por la encuestadora se remarca también que por segmentos, el futbol es el deporte favorito para el 77 por ciento de los hombres, mientras que las mujeres se interesan en un 36 por ciento y entre los 18 y 29 años, son las edades en que más se práctica este deporte.
Según la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) en todo el mundo, alrededor de 270 millones de personas están involucradas en el futbol profesional, semiprofesional o amateur, cifra que según los datos representaría alrededor del cuatro por ciento del total de la población mundial; este organismo señala que el país con más futbolistas es China, con 26 millones de jugadores, le siguen Estados Unidos, con 24 millones, y la India, con 20; nuestro país ocupa el séptimo lugar con ocho millones de mexicanos.
Un cuatro por ciento de la población mundial y un 6.5 de los mexicanos practican el futbol; estas cifras tan pobres coinciden con los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cuando dice que la mayoría de los mexicanos mayores de 18 años no realiza actividad física o algún deporte. En los últimos tres años, el porcentaje oscila entre el 54 y 57 por ciento; la principal explicación atribuye el fenómeno a “la falta de tiempo”. En el reporte del INEGI, en el Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico, llama la atención que las mujeres son el sector más numerosos de la la población que no hace ejercicio, y constituyen el 58 por ciento, contra un 41 por ciento de los hombres; los jóvenes son los más activos pues la población de 18 a 24 años es la que más ejercicio realiza. A la falta de tiempo como principal motivo para no realizar ejercicio o practicar algún deporte se suman el cansancio, el trabajo y la pereza.
La reducida cifra de mexicanos que practica algún deporte no es el único problema; el tiempo promedio a la semana para ejercitarse es de 3.37 horas; los mexicanos prefieren hacer deporte en instalaciones públicas, -en las que, dicho sea de paso, existe muy poca inversión-, y uno de los principales motivos que los mueve es tener una buena salud (el 60.2 por ciento declaró que hace deporte por ese motivo, mientras que uno de cada cinco por verse bien y el 17.5 por ciento por pura diversión).
En las leyes mexicanas, la práctica del deporte es un derecho, sin importar las condiciones económicas de las familias; el artículo 4º de nuestra Carta Magna lo establece al señalar que “toda persona tiene derecho a la cultura física y a la práctica del deporte” y que “corresponde al estado su promoción, fomento y estímulo”; sin embargo, ese impulso no se realiza en los hechos y el Estado no parece tener el propósito firme de cultivar el deporte en el pueblo mexicano.
Cuando los tres niveles de gobierno se declaran interesados por promover el deporte, es evidente que su interés se asocia con su intención de convertir a los deportistas en un buen negocio; en deportistas “estrella” que dejen fabulosas ganancias a los empresarios; el deporte-negocio y el deporte-espectáculo es el producto que el modelo neoliberal tiene disponible para las juventudes ; no la actividad educativa o recreativa que fomente la salud y el bienestar de toda la población. En nuestro país se ha abandonado el deporte popular como arma para formar a un hombre nuevo, integral, capaz de forjarse una mentalidad de ganador y templado con un actitud recia para enfrentar los problemas que padece de manera individual y social.
El deporte-negocio y el deporte-espectáculo tienen como aliados y cómplices a los gobiernos, que sólo ven a los deportistas como objetos o mercancías.
El Movimiento Antorchista, ha detectado, en su lucha cotidiana por construir una patria más sana, más culta y feliz, esta falta de políticas deportivas eficaces y que realmente lleguen a toda la población; por eso en todos los núcleos poblacionales en los que tiene influencia promueve, práctica e impulsa el deporte, pero con un enfoque e intención totalmente diferente a la tradicional. Antorcha no promueve el deporte elitista, no está de acuerdo en que se convierta en un negocio y en fuente de manipulación y entretenimiento vacío; por eso, desde hace más de dos décadas organiza las Espartaqueadas Deportivas, (evento que cada dos años reúne al menos 20 mil deportistas de todo el país) y desde hace 12 años impulsa los torneos nacionales de basquetbol y de volibol.
Ahora, ese deseo de convertir el deporte en un arma de educación para el pueblo mexicano y en un instrumento de transformación de la juventud, creándoles una mentalidad de triunfadores, la Comisión Nacional Deportiva del antorchismo inaugurará este año su 1er Torneo Nacional de Futbol, evento que se realizará durante los días 23, 24 y 25 de junio en la Ciudad de México. El éxito de este torneo está asegurado, pronto las juventudes se volcarán a este encuentro porque ahí encontrarán un deporte sin intenciones de lucro, un espacio para educarse, para que puedan, junto a millones de mexicanos, convertir a México en un gigante deportivo, en síntesis, en un país con justicia social para todos.