Por: Donato Márquez, Colaborador
La Atenas de la Mixteca promete sorpresas. La ceremonia de apertura de la XIX Espartaqueada Nacional Deportiva, promete mucho. Hace dos años fue inaudita, inteligente, tuvo músculo, pero esta vez se realiza en tiempos convulsos para el país, no obstante, el ejemplo de este evento contagia cada vez más a nuevos protagonistas, entre ellos decenas de miles de jóvenes para quienes vale, en todo su peso, conocer la relevancia de la Espartaqueada antorchista.
El sábado 27 de enero será inaugurada la fiesta del deporte en el majestuoso aforo de la plaza de toros “La Antorcha”, en Tecomatlán, Puebla. Este encuentro deportivo que se celebra cada dos años, convocará en esta edición a 22 mil deportistas de las 32 entidades federativas del país. En medio de una agudización en las agresiones políticas que han lanzado sus enemigos, el Movimiento Antorchista Nacional volverá a hacer gala de su gran capacidad de convocatoria, en el municipio emblema, donde hombres y mujeres, dispuestos a la superación del cuerpo y el espíritu, serán sus actores principales.
Los “críticos”, los amigos y el país entero podrán comprobar la magnitud de la edición decima novena. Sin embargo, con la inauguración de la Espartaqueada Deportiva, el Movimiento Antorchista no tiene nada que demostrar, este acto lleno de motivos olímpicos, desfiles alegres dirigidos por batucadas y contingentes deportivos, ha sido un vehículo que ha permitido mostrar fortaleza política, ese que es sustentado en su amplia membresía a nivel nacional. A sus 44 años de vida, no es sólo es capaz de organizar un evento de esta naturaleza, resultado del desarrollo de su capacidad política y económica, sino ver con amplia credibilidad sus posibilidades reales para la toma del poder político en el completo sistema político mexicano.
Todos los seres humanos tenemos defectos y podemos tener alguna virtud; pero el ser humano, según las motivaciones, puede hacer de sí mismo lo mejor y puede hacer el máximo, y puede apreciar su dignidad, su honor y el cariño de su pueblo, porque no se puede despreciar el cariño del pueblo y la confianza del pueblo. “Donde hay pobres también hay —y debe haber— profesionalismo. Esto, desde la antigüedad, reza para el servicio militar, la política y el deporte. La milicia fue asunto de caballeros en la Grecia clásica hasta que la necesidad de enfrentar las masas del Oriente, en las Guerras Médicas, impuso convocar a pobres y esclavos. Luego de la guerra, ¿se impedía que el mejor jabalinista, héroe militar, se entrenara a tiempo completo para brillar en la Olimpiada? Imposible, porque el orgullo de cada ciudad, conducía a mantener a ese soldado y deportista que aparecía como una nueva clase. Parte de las fiestas en homenaje a Zeus, también invocaban a la paz, imponiendo una pausa a los conflictos”, afirma Julio María Sanguinetti.
Comienzan los juegos deportivos maravillosos en un pueblo que merece el mismo adjetivo. Atletismo, el deporte rey de los Juegos. ¿Quién corre más rápido? ¿Quién salta más alto? ¿Quién lanza más lejos? La prueba de la recta de los 100m, es pura y simple, es la carrera que designa al humano más rápido sobre la tierra, si no me cree puede usted ver a Usain Bolt cómo batió récords en los encuentros Olímpicos y en los encuentros mundiales de atletismo, seguramente los velocistas de la Espartaqueada se acordarán de él y mostrarán su talento a un público ávido de este encuentro tanto como los propios deportistas que, en medio del calor y la alegría, volverán a vivir el impacto humano y social que describe Sanguinetti, del país helénico. Es normal que la afición grite, baile, levante los brazos e incluso llore. Habrá algún ganador que se dirija a la última línea de la recta sobre el tartán color vino, se arrodille y, como el Papa, bese el suelo que le ha dado la gloria.
Natación. Ojo, el oro está en el viraje. El giro de 180º que hacen los nadadores cuando topan con las paredes de la piscina, volteando la cabeza, empujándose con las piernas y propulsándose con un movimiento ondulatorio que imita a los mamíferos marinos. La fuerza se proyecta a golpe de cadera, a través de los cuádriceps hasta la punta de los pies. Los estadounidenses lo denominan “el quinto estilo”, tras la braza, el crol, la espalda y la mariposa. Esperamos ver algo de esto en la piscina de Ixcóatl, que los nadadores reboten contra la pared como una pelota de goma y los aficionados reunidos alrededor del rectangular estallen en un clamor de asombro. Progresar por debajo del agua y evitar la resistencia como un pez en la corriente sólo podrán lograrlo los que se han preparado para volver a casa con el triunfo.
Futbol. Se necesita una sonrisa descomunal como cuando Ronaldinho pisó el césped en el Camp Nou el 3 de septiembre de 2003. Pases y regateos, cruzar el medio campo aunque el rival intente frenarte y desde fuera del área lanzar un disparo tal que sacuda a la hinchada. Sí, goles que sean recordados por el público y luego llevarse las manos a la cabeza e implorar a tu vecino de butaca un susurro cómplice para descartar que la actuación fuese un sueño. Se necesita unas manos certeras como las de Buffon, un pie izquierdo ágil como el de Messi y un pie derecho duro como el de Ronaldo, una defensa como la que conforman los italianos que encabeza Chiellini, un medio campo que se mueva al son del violín como lo hacía Pirlo, se necesita un equipo, inteligencia, espacios, movimientos etc., algo de esto sueñan –creo yo- los futbolistas del antorchismo.
Y de lo que pase en Basquetbol, béisbol y voleibol en sus diferentes categorías es una historia que usted mismo puede contar, está invitado. Esperamos que asista a Tecomatlán y disfrute de la hazaña deportiva que organiza Antorcha. La admiración y el aplauso son para quienes ganan compitiendo y en ese momento de gloria, se consolida la faceta deportiva de Antorcha revolucionaria, ese gigantesco movimiento político entre cuyos méritos se anota el reinventar la política deportiva y proyectarla al futuro, algo así como lo que verá, en pequeña escala, en la mixteca poblana por espacio de 7 días.