ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
|La «nueva normalidad» fue instaurada por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y avalada por el sub secretario de Salud, Hugo López-Gatell, y arrancó el lunes 1º de junio; ya en los primeros tres días, lunes a miércoles, se ha visto más gente en las principales ciudades y, según, se reinstalaron las labores de una parte de las empresas.
Sin embargo, y a la par de esto, el mismo funcionario de Salud ha dicho que la pandemia aún no está domada y aunque, asegura, no busca estar contra lo pronunciado y declarado por su jefe, sale de su propia voz, que la pandemia vive su «máximo nivel» y que «no cede ni en México ni en el mundo».
También ha dicho que el número de muertes podría llegar a 30 mil mexicanos y con la condición de que se mantengan las medidas de control. ¿30 mil muertes?, ¿qué no una de las medidas de gran impacto y que fue la más impulsada era la del famoso ¡Quédate en casa!? Además… ¿qué no ellos mismos, los dos López, ahora han dicho que era necesario volver a la normalidad y salir de casa?
La política «chimolotrufiesca» en el gobierno federal ha invadido a todas las «mentes brillantes» de la Cuarta Transformación; como dicen una cosa, dicen otra, y los afectados siguen siendo los mismos, millones de mexicanos; mujeres que tienen que ver cuántos pesos tienen para poder alimentar a sus hijos; jóvenes estudiantes que no tienen computadora o internet para continuar con sus estudios en línea; obreros, jefes de familia, que tendrán que salir a la calle para buscar algo de empleo y regresar con recursos económicos.
En estos tres días, miles de trabajadores han salido a laborar o a buscar trabajo aún contra su propia voluntad, porque saben que el riesgo de contagio es latente y muy fuerte; y saben que podrían regresar, por la tarde, a sus hogares y llevar el virus de Covid-19. Por otro lado, López-Gatell también sabe que esos 30 mil muertos a los que se podrían llegar, según él, es sólo una confirmación.
La cifra de muertes ya es más de los 10 mil que informa el gobierno morenista y el dato de los 90 mil infectados podría haber rebasado ya el medio millón. Hoy las listas de defunciones, en hospitales y clínicas, son muy grandes; hoy, las funerarias están al tope y las cremaciones son una tras otra.
El clímax no político…
Que en el país se van a necesitar 33.1 millones de empleos, es la cifra más clara que se ha visto hasta hoy; sin embargo, quién los va a echar andar, eso sí, no se sabe. La entrada a la nueva normalidad necesariamente debería acompañarse, indicó el Inegi, de la creación de esos millones de empleos porque, según el Instituto, este número de puestos laborales es la brecha laboral, indicador avalado por la Organización Internacional del Trabajo para que los países midan sus necesidades de empleo.
Y es que dicha cifra que corresponde al mes de abril, es el triple de la necesidad de empleo que había en marzo y está integrada por 2.1 millones de personas que buscan trabajo y no lo encuentran; 20.0 millones que no buscan, pero que podrían trabajar si se les ofrece un empleo, y 11 millones que trabajan, pero necesitan laborar más horas. Con estas cifras, como efecto por el Covid-19, el 50.6% de la fuerza laboral potencial de México reportó necesitar un empleo, un salto de 30.6 puntos porcentuales frente al 20.0% del mes marzo. Por el momento, querido lector, es todo.