Por Lenin Campos Córdova
|Un cierto pensador antiguo dijo: “¿Quieres saber cómo es un ser humano? atáscalo de poder”. La 4T llegó al poder por la vía “democrática”, pero ahora está acabando con la democracia. Enarboló la bandera del combate a la “corrupción”, pero ahora hay más corrupción que antes. Colocó el slogan de “primero los pobres”, pero hoy los pobres mueren por miles diariamente de covid-19 o inseguridad, y millones no tienen comida, salud, empleo, agua, drenaje, vivienda, ni nada. Hablaron de justicia y hoy criminalizan el derecho a organizarse, a la libre expresión de las ideas y a la lucha social. Exigieron trato igualitario y ahora se apoderan del INE, para operar a su conveniencia, reforman la ley para perpetuarse en el poder, reviven la sobrerrepresentación en el poder legislativo, y conculcan al ciudadano el derecho de elegir libremente entre opciones, al prohibir la propaganda electoral de la oposición y reducir los presupuestos a los partidos.
Después del aún inexplicable deceso de la gobernadora y del senador Rafael Moreno Valle; ahora en Puebla florece la dictadura de un solo hombre: Miguel Barbosa Huerta, quien por lo visto mediante maniobras en el Congreso del Estado se está robando la elección del 2021 para perpetuarse en el poder. Como dijo Miguel de Unamuno ¡Viva la dictadura, muera la inteligencia!
El H. Congreso de ese estado, se ha convertido en laboratorio de actos políticos ruines en tiempos de la 4T, de avasallamiento e imposición de la opinión de un solo personaje por encima de todos, la cancelación de la libre manifestación de las ideas, de la representación proporcional y los principios de certeza, legalidad, imparcialidad, objetividad, autenticidad y equidad electoral.
Las propuestas de modificación al Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla (CIPEEP), y a la Constitución Política local, presentadas por el gobernador Barbosa y por el diputado Gabriel Biestro Medinilla, pretenden robarse el poder mediante la modificación de las normas electorales, que les permita cometer el delito amparados en su “nueva” ley electoral.
Barbosa propuso la reforma ya aprobada que elimina el derecho de los candidatos y sus partidos a publicitarse como opción electoral; pero Morena, que hace campaña con los programas electoreros de transferencia monetaria directa desde hace tiempo, tendrá el monopolio absoluto de la promoción de su imagen, dejando en estado de indefensión a todos los candidatos que quieran promover una propuesta política diferente, violentando los principios de universalidad de la manifestación de las ideas y de la máxima publicidad en asuntos electorales, sustentados en el artículo 6º de la Constitución General de la República.
Biestro Medinilla solicitó la eliminación de las diputaciones de representación proporcional conocidas como del “gran perdedor”. Abusando de su mayoría en el Congreso Local, seguramente Morena aprobará esta modificación retrógrada, que les permita la mayoría absoluta y de esa manera seguir legislando a capricho; seguir atentando contra los derechos ciudadanos con leyes a su modo para convalidar delitos, pero eso no será nunca justicia ni derecho legítimo.
Para asegurar que sólo ganen los candidatos de Morena, Barbosa les ha reducido sus recursos y participaciones a los municipios de otros colores, con el objetivo de que no hagan obra y no tengan manera de resolver las necesidades de la gente, impidiéndoles incluso proporcionar los servicios públicos; mientras los munícipes morenistas son apoyados a trasmano por el gobierno sin reglas ni equilibrio presupuestal alguno.
Nada nuevo bajo el sol con la 4T, salvo en la mayor profundidad de viejos vicios que detuvieron el progreso y el desarrollo de los pueblos y los gobernados por décadas, mientras los pobres sólo siguen viendo crecer las fortunas personales de sus representantes en turno.
Pero hay solución: el gobierno no debe ser de unos cuantos, debe ser del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Para alcanzar esa solución, es necesario que, en las próximas elecciones, se levante un frente común que derrote electoralmente esta dictadura, que pretende avasallarlo todo, con sus modelos acartonados, viejos y retrógrados, que congelan el verdadero progreso de la gente, sumiéndonos en una terrible crisis económica y de salud como no ha conocido el país en su historia reciente.
El camino es la organización del pueblo, la lucha constante y permanente, defendiendo la verdadera justicia social, que debe materializarse en comida, vestido, espacios dignos para vivir y desarrollarse como ser pleno, servicios básicos, educación, salud, deporte, cultura y recreación. Levantemos un frente común que ponga en el centro de su lucha esta realidad: trabajo para todos los mexicanos en edad de trabajar, salarios que tengan verdadero valor adquisitivo, política fiscal que grave la ganancia y deje de esquilmar al pueblo y el reparto equitativo de la renta nacional. Bajo este programa unamos al pueblo y luchemos por el Congreso Federal, los Congresos Estatales, gubernaturas y presidencias municipales en todo el país este 2021.
Lo que ocurre en Puebla, tanto las burdas maniobras para robarse las elecciones, como las amenazas de cárcel para los líderes sociales desatadas por Miguel Barbosa, son el botón de muestra de lo que le espera a Puebla si vuelve a ganar Morena y el sombrío panorama que se cierne sobre los mexicanos. Hay que poner el remedio a tiempo. Conste.