Por Manuel Pérez
|El presidente de la republica se ha convertido en residente, fundador y ciudadano ilustre de un país emergido de su propia imaginación, en esta nación la inseguridad y violencia terminó con abrazos, se domó la pandemia en 20 ocasiones sin cubrebocas y con un modelo sanitario igual al de los países nórdicos, la economía crece exponencialmente sin ningún incentivo, la pobreza se terminó de raíz… en fin, el pueblo está feliz, feliz. Es una pena que en esta patria, el país de los “otros datos”, solo haya espacio para una persona, y los más de 130 millones de mexicanos nos enfrentemos a una cruda y adversa realidad.
El primer mandatario mexicano, según un informe realizado por el Taller de Comunicación Política SPIN, ha dicho desde sus primeros 600 días de gobierno 30 mil afirmaciones no verdaderas (MENTIRAS) a través de su conferencia matutina, un dato que lo pone muy por arriba de su homologo, Donald Trump, quien en el doble de tiempo desde su gestión ha dicho 20 mil mentiras según The Washington Post. Las más de 30 mil mentiras pronunciadas por Obrador han sido el cimiento de su ciudad imaginaria.
Según el morenista, en más de 20 ocasiones la pandemia del coronavirus SARS-COV 2 ha sido domada, la curva ha sido aplastada, las personas han dejado de morir y los medios “sensacionalistas” han sido aquellos que han tratado de empañar su ejemplar gestión. Hoy México, según los propios datos proporcionados por el (cuestionado) subsecretario de salud, Hugo López Gatell, se encuentra entre los cinco países con más muertes por covid en todo el mundo, no se ha aplanado la curva a nivel nacional, y al día de hoy se suman 45,361 decesos y 408,449 contagios, así es, casi medio millón de mexicanos, y el responsable de revertir esta tragedia enfrascado en una lucha contra las refresqueras y los medios que publican sus datos.
Según el presidente, en declaraciones del 24 de mayo, los empleos que se perderían serían apenas un millón, pero hoy, según el propio Banco de México, 30 millones de mexicanos están en esta condición. La situación es crítica, más de 69.6 millones de mexicanos no pueden acceder a la canasta básica, esto según el CONEVAL. La cifra es brutal, y no hay respuesta de la 4T ante los llamados a diseñar un apoyo alimentario para los millones de mexicanos con hambre, o un ingreso vital para sostener a quienes no tienen empleo.
Las instituciones de la 4T han COLAPSADO (sí, con mayúsculas) y sus programas han sido un rotundo FRACASO (aquí también las puse yo). El organismo a cargo de Irma Eréndira Sandoval se ha convertido en uno de los floreros que más caro han costado a la 4T, pues a pesar de iniciar con la consigna de erradicar la corrupción, pilar principal del discurso de 2018, la secretaria ha flaqueado para investigar a personajes con amplia documentación de corrupción como lo han sido Manuel Bartlett o Zoé Robledo, y hasta ella misma, quien cuenta con algunas propiedades valuadas por 60 millones de pesos, y según sus propias afirmaciones, no documentos, obtenidas por su trabajo y el de su cónyuge, John Ackerman. Las investigaciones de la función publica han sido desplazadas, y la inoperatividad del organismo ha escalado a tal grado que hasta el propio presidente ha sugerido que la corrupción se reporte a otras dependencias, ahí está el botón de muestra.
A los programas estrella del presidente no les fue mejor, sembrando vida cosechó fracasos, de los 575 millones de árboles y plantas que planeaban sembrar, solo han logrado 7%. El programa que sustituyó a las estancias infantiles que AMLO desapareció hoy solo llega a 15% de las madres a quienes se debería beneficiar. Jóvenes Construyendo el futuro fue de los peores tratados, apenas hay resultados verificables del 2% de la efectividad del programa, y en el CONEVAL la critica es que el programa no tiene una estructura para realizar su operación y revisión.
Y el programa cumbre, los apoyos de transferencia monetaria, criticados por tener el objetivo de comprar votos en las próximas elecciones, han sido considerados por el CONEVAL como insuficientes, aun antes de la pandemia, pues solo se logra proporcionar al 25% de quienes necesitan la ayuda. Si este programa tiene el objetivo de comprar conciencias, ni con esto les alcanzaría, pues cada día que pasa, quienes engrosan las filas de la pobreza son más y más personas, haciendo estos programas clientelares cada vez más insuficientes.
Qué maravilloso sería vivir en ese país creado en la imaginación del presidente. Qué dicha sería despertar en un país al que le está yendo “requetebién”, pero no es así, el país vive la antesala de una de las peores crisis que se han vivido en la historia, la peor desde la revolución mexicana, y el presidente por el momento está enfocado en una rifa de avión sin avión, y el juicio a un presunto culpable al que ya ha sido adoptado como parte de la “purificación nacional”, y de quien no nos extraña que en algún momento forme parte de la 4T.
Andrés Manuel López Obrador tiene un objetivo claro, su vocero, Jesús Ramírez, lo ha definido como una lucha por la interpretación de la realidad, a mí me gustaría llamarle, una ofensa a la inteligencia de los mexicanos. Si el presidente quiere retener la mayoría del poder en los congresos locales y el federal lo que necesitará debe ser acciones concretas para apaciguar la realidad, salud para los enfermos, comida para los hambrientos, trabajo para desempleados, recurso para los municipios-estados, y dejar de confrontar a la sociedad por discusiones insustanciales. Si el presidente no actúa como mandatario en esta realidad, solo podrá tener en control en el país de su cabeza, con sus “otros datos” en su otra, e inexistente realidad.