Por Romeo Pérez Ortiz
|Aristóteles, el más ilustre filósofo de la antigüedad, en su obra Metafísica, libro V, capítulo XII, define la potencia como “el principio del movimiento o del cambio que está en otro, o en el mismo en cuanto otro… se llama potencia la de terminar una cosa bien o según designio; pues algunas veces decimos que los que simplemente andan o hablan, pero no bien, o no como quieren, no pueden hablar o andar”. Más adelante escribe “las cosas, en efecto, se quiebran o se desmenuzan, o se doblan, y, en una palabra, se destruyen, no por poder, sino por no poder, y por carecer de algo”. Pues bien, la privación de la potencia es lo que Aristóteles llama impotencia.
Esta impotencia descrita por el sabio Aristóteles encaja perfectamente en el actuar del gobernador Miguel Barbosa Huerta que, al no poder callar la verdad revelada por los antorchistas acerca de la pobreza, la desigualdad y el rezago educativo, recurre a la manufactura de delitos. El primer delito fabricado fue contra la compañera Rosario Sánchez Hernández, a quien Barbosa acusó de “ladrona” de despensas. Ahora que los antorchistas comenzaron a defender a su compañera Rosario en las redes y en las calles, y la exigencia por un plan alimenticio se intensificó, Barbosa también recrudeció su agresión para aplacar al pueblo organizado en el Movimiento Antorchista. Desde las más altas cúpulas del gobierno se emitieron órdenes de aprehensión contra 16 dirigentes antorchistas, creyendo ingenuamente que con esa agresión detendrán el curso de un movimiento de 46 años de experiencia política.
Aunque se emitan miles de órdenes de aprehensión contra los antorchistas y sus dirigentes para callarnos, lo cierto es que la realidad es más terca que el mismo gobernador, y los portadores de esa verdad, más tercos aún. No cesarán en su exigencia por un plan alimenticio para todos los mexicanos enclaustrados en sus casas ante la prolongación de covid-19, enfermedad que ya ha cobrado la vida de más de 56 mil mexicanos y medio millón de contagiados. Que quede claro también que el pueblo organizado no esconderá estas verdades y otras más relacionadas con el rezago educativo.
En este ámbito, Puebla es el quinto estado con más analfabetos y la mayoría se concentra en las regiones de la Sierra norte, Mixteca poblana y Sierra nororiental. Por el otro lado, de acuerdo con el Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES, junio 2020), el número de pobres a nivel nacional aumentará a 12.2 millones. De este número adicional de pobres, 785 mil son poblanos, tercer lugar solo por debajo de Veracruz y Estado de México. La pobreza extrema, por su parte, solo en Puebla, antes de covid-19, representaba el 13.2 por ciento de la población (814 mil), después de la pandemia se estima que aumentará al 22 por ciento (1 millón 357 mil). La pobreza moderada, antes de la pandemia, era del 25.2 por ciento (1 millón 554 mil), después de la pandemia se incrementará a 28.4 por ciento (1 millón 751). Sin embargo, esto no es todo. A nivel nacional, habrá una contracción de clases medias: de 63 por ciento, antes de la pandemia, pasará al 54 por ciento, es decir, 11.5 millones de pobres adicionales.
En su otro estudio del mes de julio del 2020, el CEES señala que a nivel nacional, a raíz de la contracción económica por la pandemia, las consecuencias serán verdaderamente catastróficas para los jóvenes de entre 15 y 29 años: 4.3 millones de jóvenes en ese rango de edad dejarán de estudiar y trabajar. El estudio, además, señala que México perdió un millón de empleos formales entre marzo y mayo del 2020 por la ausencia de políticas de amortiguamiento y se espera que el Producto Interno Bruto tenga una caída de ocho puntos porcentuales.
Como ve, amigo lector, mientras que la pobreza está arrastrando a México a un abismo sin retorno, el partido de la Cuarta Transformación, ante la impotencia de crear un plan económico que aminore la crisis económica que se avecina, prefiere recurrir a lo más fácil: un plan de delitos contra los dirigentes antorchistas. Un gobierno con esta característica, no merece llevar el timón del país.