AMLO y su gobierno operan mal el tema de la seguridad, los diagnósticos son insuficientes e inexactos.
ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
Unos dos meses antes de iniciar la pandemia en nuestro país, el 15 de enero de 2020, tras el cuestionamiento del periodista Jorge Ramos al inquilino de Palacio Nacional, sobre los altos índices de inseguridad y violencia, Andrés Manuel López Obrador estableció el 1 de diciembre de 2020 (fecha muy próxima a cumplirse) como la fecha en la que se verían resultados respecto a este tema tan preocupante y de alarma entre la población mexicana pues se cometen en promedio 4 asesinatos por hora o 97 por día.
Los «compromisos» de AMLO nunca han sido nuevos y más bien se renuevan cada cierto tiempo. En ese primer año, de diciembre 2018 a diciembre de 2019, habían sido asesinadas 34 mil 579 personas e incluso, los datos reflejaban que el primer año de administración de Morena, en materia de seguridad, fue peor que cualquier otro de administraciones pasadas.
Las preguntas en esa mañana para López Obrador fueron claras: ¿Cuándo va a haber resultados?, ¿está dispuesto a cambiar su estrategia de seguridad?, ¿por qué no cambia a su gabinete de seguridad que no le ha dado buenos resultados? Hoy sabemos que ante la renuncia de Alfonso Durazo para contender por la gubernatura de Sonora, no existe un titular y sólo hay un encargado de despacho, hoy sabemos que las cifras ya están muy cerca a los 70 mil asesinatos y en promedio se cometen 97 asesinatos por día durante los últimos 10 meses.
En aquella matutina, con algo de humor y malestar por el fuerte cuestionamiento, AMLO respondió que «eso sí calienta» y que la explicación era que «se dejó crecer mucho el problema de la inseguridad, de la violencia, no se atendieron las causas, se abandonó la actividad productiva, se dejaron de crear empleos, los salarios en México son los salarios más bajos del mundo, la corrupción en México era de las más elevadas en el mundo, se abandonó a los jóvenes, se impuso la protección, la impunidad, no había autoridad, no había una línea que dividiera, una frontera que dividiera la autoridad con la delincuencia…»
Como siempre, el mandatario le sigue echando la culpa al pasado y rehúye a decir qué es lo que está haciendo su gobierno y la Cuarta Transformación. A 10 meses de haber asegurado lo anterior, las cosas siguen igual y la situación se complicará más debido a los recortes que se hicieron en el PEF 2021; pero aún hay más, el ejemplo en la Ciudad de México es claro, porque la delincuencia se le salió de control a la morenista Claudia Sheinbaum y comenzaron a «descuartizar» a jovencitos y a ser abandonados en las calles del centro histórico, algo que no se había presentado y es clara muestra de cómo la delincuencia le sigue ganando terreno a la política del gobierno federal.
De acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los meses de septiembre a octubre, los homicidios dolosos aumentaron en 7.72%, además que de enero a octubre se registraron mensualmente 2 mil 918 asesinatos. Las entidades con mayor número son Guanajuato con 3 mil 821; Baja California, 2 mil 398; Estado de México, 2 mil 384; Chihuahua, 2 mil 357; Jalisco, 2 mil 181; y Michoacán, 2 mil 11.
En el PEF 2021 el Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg) fue borrado por el Gobierno federal, lo desapareció por completo y la decisión pegará al menos a 300 municipios que en años anteriores habían sido beneficiados con estos recursos. El Fortaseg era el principal fondo para enfrentar la violencia en los municipios y su disminución en los últimos años fue disminuyendo; por ejemplo, en este 2020 el gobierno repartió 3 mil 922 millones de pesos, que fue 3% menos que el año previo, ahora no habrá recursos para esta ramo. Por otro lado, se ha comentado, con algo de certeza entre los especialistas, que el Gobierno federal tiene mucho interés en fortalecer con más de 18 mil millones a las Fuerzas Armadas, con el objetivo, muy claro, de militarizar al país.
Como otras malas decisiones de AMLO y los diputados, en materia de seguridad se está errando y se lanza a México para el próximo año a más inseguridad, porque hay evidencias que las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional no pueden cumplir sus objetivos sin el apoyo de las policías estatales y municipales que hasta este año habían estado subsistiendo, con el Fortaseg, sobre todo, para incentivar, capacitar y fortalecer a las policías civiles municipales y ese recurso se auditaba por el mismo Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, no había, pues, razón para eliminarlo.
La administración morenista de López Obrador lleva 67 mil 635 homicidios dolosos, es casi el triple de los primeros dos años del sexenio de Felipe Calderón, que tenía 23 mil homicidios dolosos; y el doble, en el mismo periodo, del sexenio de Enrique Peña Nieto, que alcanzó cerca de los 34 mil homicidios dolosos. Desde el 1 de diciembre de 2018 la seguridad pública de México está en manos de militares y los resultados son niveles muy altos de asesinatos y no existen acciones que nos digan que la situación mejorará en el futuro.
Imagine usted, querido lector. En México, especialistas aseguran que hay entre 30 y 200 organizaciones criminales que operan a lo largo y ancho del país, la misma CIA en el 2018 señaló que el 20% del territorio mexicano lo controlaba el crimen organizado. Estos datos, que ya existían, llevaron en el pasado al gobierno federal a diseñar e implementar programas de apoyo adicional a estados y municipios para fortalecer sus policías y sus aparatos de administración de justicia. El actual gobierno federal ha reducido al mínimo estos recursos y la presencia de la recién inventada Guardia Nacional no ha hecho diferencia en ninguna de las 32 entidades federativas.
AMLO y su gobierno operan mal el tema de la seguridad, los diagnósticos son insuficientes e inexactos y con esa falla de origen, la acción, la estrategia los planes y programas de ahí derivados están muy lejos de atacar y acabar con este problema. En seguridad, con los recortes en el PEF 2021, más los malos diagnósticos y las pésimas acciones, México pasa de la sartén a la lumbre; los muertos por la inseguridad se incrementarán y no habrá otro culpable que los diputados de Morena y un presidente con su partido que siguen «ahorrando» recursos y engordando su cochinito para usarlos en las urnas en el 2021. Por el momento, querido lector, es todo.