Hoy, la oscuridad se ha adueñado de un México debilitado y vulnerado por su gobierno. El monopolio y la dictadura buscan camino y AMLO les abre paso.
ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique
Los apagones, que se han presentado en varias regiones del país, ponen al descubierto uno de los déficits que existen en la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); exponen otra más de las áreas críticas que confluyen en la crisis generalizada que vive México y muestran, a casi medio camino de su administración sexenal vigente, la ineficiencia administrativa y política del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
La falta de una estrategia de gobierno claramente definida y adecuada a la realidad nacional está generando graves consecuencias para millones de familias mexicanas, y para la industria manufacturera y la producción agropecuaria, como ocurre hoy en el norte del país, donde a los problemas de la sequía se suman apagones, con los que varios cientos de familias podrían perder la vida porque las temperaturas son muy bajas y no cuentan con el funcionamiento de los sistemas de calefacción.
Durante la campaña electoral de 2018, AMLO, entonces candidato presidencial, ofreció que no habría apagones en su mandato; pero en lo que va de su sexenio, como ha ocurrido con muchas “promesas” en otros rubros, ha incumplido y se han registrado, por los menos, dos grandes apagones regionales que dejaron sin luz a decenas de millones de mexicanos. Las pérdidas económicas debidas a su política de “austeridad” afectan a gran parte de las áreas productivas de México; pero es el ramo energético donde está provocando más debacles debido a su impacto, se extiende a la industria, al comercio, al agro y al consumo doméstico.
El proyecto de monopolizar la energía eléctrica en la CFE y el de rechazar las energías renovables, ambos contenidos en la iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, han encendido las luces de alarma dentro y fuera de México. El Presidente se ha llenado la boca con calificativos para desdeñar a las energías limpias y para, en cambio, ordenar el uso de combustibles fósiles para producir electricidad, opción con la que beneficia a empresarios cercanos a él y a sus principales operadores políticos, como Manuel Bartlett Díaz.
Con esta política retrógrada, el gobierno de AMLO afectará al medio ambiente y provocará que el servicio de energía eléctrica sea de peor calidad, elevando sus costos de producción al grado que los usuarios deberán pagar tarifas mucho más elevadas.
El costo millonario de los apagones –de los que, por cierto, la CFE se ha deslindado– han generado inconformidad en los habitantes de 29 estados de la República, donde los cortes de luz han agudizado las crisis sanitaria, económica y social derivadas de la pandemia. En los hospitales y hogares con enfermos de Covid-19 conectados a un respirador artificial, las fallas en el sistema eléctrico provocaron mayor alarma, desesperación, incluso muertes.
Las comisiones de Presupuesto y Cuenta Pública y de Energía de la Cámara de Diputados aprobaron la iniciativa de AMLO para concretar la “nueva reforma eléctrica”, contraria a la de Economía, que la consideró inviable porque quebranta la Constitución en el principio de libre competencia, otorgando una ventaja indebida a la CFE y violando el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), al brindar trato discriminatorio a la inversión extranjera y privada en el ramo energético.
Los costos de las malas decisiones en la CFE han tomado por sorpresa a los mexicanos; si continúan los apagones en todas las entidades, la inconformidad aumentará y AMLO y su “Cuarta Transformación” (4T) tendrán que enfrentar un problema social del que no podrán salir fácilmente.
El control y la concentración del poder que ha logrado AMLO –como lo hizo Adolfo Hitler en la Alemania de los años 30 y 40 del siglo pasado– y su negligente actitud de no escuchar a los especialistas en diversas disciplinas, provocarán graves errores gubernamentales que, por desgracia, recaerán en los ciudadanos. Los apagones de la semana anterior son un reflejo más de la crisis generalizada en que se encuentra el país, crisis que seguirá si los mexicanos no cobran conciencia de que esto no debe continuar y que México está al límite de un estallido social de grandes proporciones. Hoy, la oscuridad se ha adueñado de un México debilitado y vulnerado por su gobierno. El monopolio y la dictadura buscan camino y AMLO les abre paso. Por el momento, querido lector es todo.