Las detenciones de migrantes en la frontera entre los Estados Unidos y México alcanzaron en mayo otro máximo histórico con más de 180 mil detenidos, informó este miércoles la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
Los 180 mil 34 arrestos de migrantes de mayo representan un aumento de cerca del 1 % respecto a los 178 mil 622 de abril, que a su vez fueron un 3% superior a los 173 mil 348 de marzo, dos meses que en su momento ya marcaron máximos históricos.
Pese a la subida general, la llegada de menores migrantes no acompañados a la frontera en mayo 14 mil 158 volvió a caer por segundo mes consecutivo tras el máximo de 18 mil 951 registrado en marzo. De ellos, 10 mil 765 procedían de Guatemala, Honduras o El Salvador.
La mayoría de los arrestos de indocumentados, más de 121 mil, correspondieron a adultos que migraban solos, un fuer incremento respecto los 111 mil del mes anterior, mientras que más de 44 mil llegaron en familias.
La CBP también anunció que de, de los 180 mil 34 migrantes que fueron arrestados en la frontera, 112 mil 302 (más de un 62 %) fueron deportados de inmediato bajo el argumento de la crisis sanitaria por la pandemia.
Los nuevos números récord mes a mes evidencian que, pese a los esfuerzos liderados por la vicepresidenta Kamala Harris, la crisis migratoria persiste en la frontera sur de Estados Unidos, donde la llegada de indocumentados no ha dejado de aumentar desde que el presidente Joe Biden asumió el poder en enero.
El gobierno de Biden recibió duras críticas porque muchos menores migrantes que han cruzado la frontera, sobre todo al inicio de la crisis, se han quedado más tiempo del permitido por ley en los centros de detención gestionados por la Patrulla Fronteriza, que están diseñados para adultos, no para niños.
Biden encargó a finales de marzo a Harris la tarea de frenar la migración.
La vicepresidenta, con este propósito, viajó esta semana a México y a Guatemala, país en el que instó a los migrantes a “que no vengan” a Estados Unidos, unas declaraciones que recibieron críticas del ala progresista del Partido Demócrata.