En el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se ha expandido el espionaje contra periodistas a una velocidad que no se ha visto en gobiernos anteriores.
Ampliándose el número de funcionarios que están buscando las fuentes de información de periodistas si tienen intereses ocultos que perneen sus opiniones.
De acuerdo con la columna publicada por Vanguardia, Raymundo Riva Palacio, menciona que la prensa no suele denunciar porque, al menos que atrapen al gobierno in fragante, no se tiene forma de saber cuáles periodistas están sujetos a investigación.
Añade que Javier Tejado, que tiene acceso a información privilegiada, denunció este martes el espionaje contra varios columnistas.
Tejado afirmó que el subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, solicitó información sobre columnistas.
Tejado habló de una línea de espionaje, pero no es la única. La Central Nacional de Inteligencia tiene abiertas investigaciones, solicitadas en Palacio Nacional, en contra de varios columnistas políticos que han publicado textos que les han incomodado.
Algunos están sujetos a investigación permanente, como otros dos colaboradores de El Universal, Carlos Loret y Héctor de Mauleón. Dos más de ese diario también han sido sometidos a investigación del servicio civil de inteligencia, Mario Maldonado, que escribe una columna en la sección de negocios, y Salvador García Soto, que tiene una columna política.
López Obrador se ha quejado públicamente de otro columnista de ese diario, Roberto Rock, porque tiene acceso a información privilegiada, pero no se sabe si también haya sido sometido a una investigación.
El espionaje a periodistas, ciertamente, no es nuevo. Durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, se publicó la lista de ocho de ellos a quienes había solicitado investigar el entonces secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet. Poco tiempo antes, el periodista Jorge Luis Sierra reveló en un portal ya desaparecido, To2, las fichas de inteligencia militar de varios periodistas vigilados desde el gobierno de José López Portillo hasta, en ese entonces, los 90’s.
Lo que representa una variación del espionaje a periodistas es cómo han incrementado el número de columnistas bajo seguimiento.