La relación entre los gobiernos de López Obrador y Biden sumó este jueves un nuevo capítulo que confirma la naturaleza tirante de la relación, con el canciller Marcelo Ebrard declarando «muerta» la iniciativa Mérida, el acuerdo bilateral de seguridad de 3 mil millones de dólares financiado por EU que el líder de la 4T viene advirtiendo desde el inicio de su sexenio que planea eliminar.
Las declaraciones del jefe de la diplomacia mexicana fueron realizadas en una entrevista al diario Washington Post, donde asegura que el plan -iniciado por Felipe Calderón y George W. Bush y continuado por todos los presidentes siguientes en ambos países- simplemente «no funciona».
El artículo afirma que el gobierno mexicano negocia desde hace varios meses con la administración Biden para modificar la cooperación entre los dos países para luchar contra el narcotráfico y los grupos criminales que funcionan como proveedores para Estados Unidos.
«No se ha reducido ni el tráfico ni el consumo de droga, así que tenemos que tener otro enfoque», dijo Ebrard al diario estadounidense. El canciller dijo que la relación entre los países ya dejó atrás la pautada por la iniciativa Mérida y que ahora se encuentran «en otra era».
Ya en los primeros meses de su sexenio, el presidente López Obrador había declarado que planeaba desaparecer el programa y canalizar esos fondos -algo que necesitaría el visto bueno del Congreso de EU- para la creación de empleos y actividades de desarrollo en México.
«No queremos helicópteros artillados ni recursos para apoyos militares, lo que queremos es producción y trabajo», explicó AMLO durante una mañanera en el mes de mayo del 2019.
La actitud crítica del presidente en relación a la iniciativa Mérida, enfocada dentro de su estrategia de «abrazos, no balazos», fue criticada en aquel momento por la oposición, especialmente de los legisladores y dirigencia del PAN, que argumentaron que el programa brindaba incontables beneficios a la lucha contra el crimen organizado.
El acuerdo, que entró en vigencia a finales del 2008, estipula que México recibe entre 2 mil y 3 mil millones de dólares anuales para entre otras cosas, la compra de tecnología de punta, aeronaves, armas y municiones para enfrentar a la delincuencia, así como también asistencia para formar a funcionarios, profesores y miembros de las fuerzas de seguridad en temas relacionados con el combate del narcotráfico.
Ebrard asegura en el artículo del Washington Post que seguirán trabajando junto al gobierno de EU «en las áreas en la que estamos de acuerdo», y afirma que la principal preocupación de la 4T es mejorar la infraestructura para poder frenar y resolver los homicidios, que han crecido dramáticamente en los últimos meses.
«La Iniciativa Mérida está muerte, no funciona, tenemos que cambiar de enfoque, fue el diagnóstico de Ebrard»
Las declaraciones de Ebrard se dan cuando el presidente López Obrador ha decidido consolidar su giro anti-Estados Unidos, proponiendo el pasado sábado en un acto por el natalicio de Simón Bolívar ante numerosos cancilleres de la CELAC un nuevo bloque de integración en la región para dejar de lado a la OEA, cuya gestión de Luis Almagro ha estado alineada con Estados Unidos.
En ese discurso, AMLO elogió la «dignidad» del pueblo cubano al soportar el embargo de Estados Unidos y transparentó estrategia de vaciar de poder al diplomático uruguayo, a quien recientemente Ebrard acusó de «facilitar» el golpe contra Evo Morales en Bolivia.
Además, los dichos de Ebrard se conocer horas antes que el presidente viaje a Badiraguato, municipio natal de «El Chapo», y una de las zonas donde el crimen organizado tiene ostenta un mayor control territorial. En las últimas pasadas, hubo desde la oposición denuncias que la delincuencia organizada ayudó al candidato morenista en Sinaloa, Rubén Rocha, para imponerse en los comicios a gobernador del 6 de junio en el estado, algo que desde el partido lopezobradorista tildaron de infamia.
Sin embargo, el gobernador de Michoacán Silvano Aureoles, quien también denunció un esquema similar del narco en favor de Morena en su estado para derrotar a la oposición, visitó esta semana a Luis Almagro para formalizar su acusación en Washington, advirtiendo que las políticas no confrontativas del presidente con el crimen organizado hacen que México corra el riesgo de convertirse en un «narco estado».