¿Esa es la vanguardia que dice querer ser la Presidenta de México porque tiene un gran ejemplo en la administración de la capital del país? La que debe desalojar a los manifestantes para no dialogar con ellos.
Francis Martínez
No habían pasado ni unos minutos en que la jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum había dejado su oficina en el Zócalo de la Ciudad de México, para atender supuestamente la explosión en Av. Coyoacán por fuga de gas, que lamentablemente dejó 22 lesionados. Sin embargo, desde las 10 de la mañana familias que se inundaron con aguas negras hacían antesala en su oficina para derecho de audiencia. La tragedia le cayó como anillo al dedo a la mandataria para evadir la protesta pública y legitimar la represión con la que posteriormente fueron despachados los inconformes.
Se trató de elementos de la policía del Gobierno de la Ciudad de México quienes buscaron replegar a los antorchistas de Tláhuac, de la CDMX, que protestaron este lunes 16 de agosto porque más de 200 familias fueron afectadas por las inundaciones en sus colonias con aguas negras y hasta la fecha siguen sin solución. La sorpresa fue para ellos, no solo por no ser recibidos, sino, que ante la fuerza de sus denuncias y sus consignas frente a la sede de los poderes de la capital, un destacamento de granaderos fue enviado a desalojarlos para evitar que continuaran con su protesta.
Desde hace semanas han estado solicitando el apoyo de un vactor para desazolvar las tuberías del drenaje que colapsaron. El gobierno de la ciudad ha hecho caso omiso a su petición, informó el activista Jonathan González San Juan. Sin embargo, ni en la alcaldía ni en el gobierno de la Ciudad de México se puede atender esa petición porque no le dan una “adecuada” visibilidad mediática a la jefa de gobierno de heroína; deben protestar para hacerse escuchar.
Las colonias afectadas en esta demarcación son La Habana, San José y el Ejido de Tlaltenco, por lo que familias de todos estos lugares se encontraban presentes en la comisión para manifestar su inconformidad a la jefa de Gobierno, así como para exigir atención y apoyo por la situación tan injusta que están padeciendo desde hace ya varios días. Nadie los recibió, solo el contingente de granaderos que la misma jefa de gobierno dijo que ya había desaparecido porque ella encabeza una ciudad de vanguardia, donde no cabe esa corporación.
Lo que recibieron no fue atención sino represión, al buscar hablar tanto con la jefa de gobierno, Claudia Sheimbaum como con el propio presidente de la república, López Obrador. La policía los recibió a golpes, las imágenes y los videos dieron cuenta del vergonzoso hecho, incluso las redes sociales. ¿Esa es la vanguardia que dice querer ser la Presidenta de México porque tiene un gran ejemplo en la administración de la capital del país? La que debe desalojar a los manifestantes para no dialogar con ellos. ¿La que debe pactar reparaciones a modo para no incomodar a los señores del dinero a pesar de que se trata de la tragedia más dolorosa para los capitalinos como lo es la línea 12 del Metro? Pues, a poco más de tres meses de la tragedia, ha dado mucho de qué hablar que la jefa de gobierno, Claudia Sheimbaum, no abrió procesos judiciales contra Grupo Carso, la empresa responsable de la tragedia de la línea 12 del Metro, y busca responsabilizar a 11 humildes soldadores y 2 directivos que ya tienen como chivos expiatorios, e incluso, le avaló nuevamente otra obra más importante aún: recobrar la movilidad en la zona de Tláhuac y volver a poner en funcionamiento el Metro.
Suma y sigue. ¿La que matiza los semáforos para no perder credibilidad política? Tal y como lo vimos en las elecciones pasadas, donde no importó la seguridad de los ciudadanos con tal de llamar a la participación buscando beneficiarse de ello. ¿La que violenta las reglas y precauciones para evitar más contagios por Covid-19 para tener a gusto al Presidente López Obrador en uno de sus eventos? Con la inauguración de una maqueta conmemorativa por los “500 años de la caída de Tenochtitlán” en el día que más contagios hubo por Covid-19 desde que inició la pandemia, arriesgando la vida de los asistentes, demostrando así la importancia que le dan a la situación que estamos viviendo con respecto a la pandemia. ¿La que debe hacer trampa con sus colores institucionales porque, claramente ya está fabricando campaña rumbo a 2024? Recordemos el cambio del logo de la CDMX de verde a marrón. Espero que estos delicados hechos sean conocidos oportunamente por los capitalinos, e invito a la reflexión, que no se permita la perpetuación de la farsa y la simulación en el gobierno.
Hay señales que pondrán de mal humor al ocupante de Palacio nacional. Según la última encuesta del mes de julio de Arias Consultores, el presidente López Obrador inició agosto con una pérdida de 6.4% de aprobación, los hombres mayores a los 35% fueron los que han dejado de aprobarlo. En la CDMX gobernada por Claudia Sheinbaum es donde tiene la menor aprobación de sólo el 30.4%.