Es el saldo que deja la pobreza en nuestro continente, y en el mundo.
Sandra Canedo Nava
Cuerpos tirados, ensangrentados, heridos; los sueños de decenas de hombres y mujeres han muerto, junto con ellos. Es el saldo que deja la pobreza en nuestro continente, y en el mundo. Muchos nos enteramos a través de los medios y las redes sociales, que el pasado jueves 9 de diciembre cerca de 55 migrantes que viajaban de manera clandestina en un tráiler, junto a otros hombres y mujeres, perdieron la vida en su travesía para llegar a Estados Unidos; sólo buscaban una vida mejor, una vida donde no calara tanto el hambre.
El doloroso hecho ocurrió en el estado de Chiapas, en el tramo carretero Tuxtla, Chiapa de Corzo; una carga de 161 hermanos centroamericanos provocó el descontrol del vehículo, que, además, dicen iba a gran velocidad, por lo que al momento de la volcadura el chofer no vio otro camino que fugarse, ¿Cómo responder por la vida de tantos inocentes?
Y algunos dirán, ¿inocentes? ¿A caso alguien los obligó a salir de sus países? Y yo respondo, sí, inocentes son, ¿quién los obligó? Un enemigo de los pobres, silencioso, pero que hace daño: el capitalismo, que aunque no es una persona, existe y sobrevive de muchas maneras, en el trabajo que no hay, en los salarios de miseria, en la educación precaria, en la salud que cuesta caro conservar, en los servicios que no se pueden pagar. Y eso no solo existe en México, existe en todos los países de América Latina, y en Estados Unidos también, aunque de aquel lado poco se diga al respecto.
El capitalismo es el culpable porque es el que genera la pobreza de la que precisamente, miles tratan de huir cada año. Chiapas es la primera puerta para empezar esta larga huida. Los más de 160 migrantes provenían principalmente de Guatemala, y otros más de El Salvador, República Dominicana, Ecuador y Honduras y el camión que los transportaba se dirigía al estado de Puebla, de ahí, otro grupo de contrabandistas los llevaría a la frontera con Estados Unidos.
No olvidemos que en los últimos años, nuestro país ha sido el camino de miles de indocumentados que se acompañan en numerosas caravanas, entre familiares o amigos se unen para alcanzar el mismo sueño, y como ya vimos, muchos no lo logran. Tampoco olvidemos que durante este mismo tiempo el gobierno de México no ha implementado estrategias eficaces y sensibles para tener un control en el flujo migratorio, solamente con el uso de la fuerza policial es como ha tratado de frenar el tránsito de nuestros hermanos latinoamericanos.
Pasado el accidente, Andrés Manuel López Obrador puso en su cuenta de Twitter: “Lamento profundamente la tragedia ocasionada por la volcadura de un tráiler en Chiapas que transportaba migrantes centroamericanos. Es muy doloroso. Abrazo a los familiares de las víctimas”, sin embargo, en la mañanera del viernes 10, el presidente eludió las preguntas que le hicieron los periodistas sobre la responsabilidad que tiene su política migratoria, ya que durante este 2021, se han detenido más 228 mil migrantes y deportado 82 mil, esto es reflejo de la incapacidad de la 4T para gobernar, para hacer políticas justas para todos, los de afuera y los de dentro del territorio mexicano.
Y esta forma de gobernar de Morena no está sacado de su bolsa, también es producto del tóxico sistema capitalista que tiene sujeto del cuello a nuestro país, aunque diga en su discurso que el neoliberalismo (que es una fase productiva del capitalismo) ya no existe más en nuestro país, sin embargo, es sólo eso, discurso, palabrería para marear al pueblo, porque en el día a día se ve, se palpa la cruda vida del pobre.
Por ello, me ocupo en escribir estas líneas y decir con coraje por lo ocurrido, pero también con seguridad, que la única manera de terminar con estas cosas trágicas que le pasan a las masas más empobrecidas es cambiar ese mal que las genera, pero cambiarlo de verdad, no solo dejarlo en las palabras; eliminar el neoliberalismo con políticas más humanas. Los que integramos el Movimiento Antorchista Nacional lo hemos estudiado y sabemos que los mexicanos, si nos unimos, podemos lograrlo, podemos matar a la pobreza antes de que ésta nos siga matando a nosotros.