El doctor Tedros Adhanom, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue bastante claro y muy enfático en su advertencia de que hay evidencias inocultables de que la variante del Covid-19, Ómicron, se está esparciendo con más velocidad que la variante Delta; incluso, dijo, hay mucha más probabilidad que las personas que ya fueron vacunadas o que se hayan recuperado de covid-19 se puedan volver a infectar o reinfectarse.
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se destaca que «hay pruebas consistentes de que Ómicron se está propagando significativamente más rápido», por lo que las actividades sociales durante las fiestas decembrinas y de fin de año van a ocasionar que en muchos países se dé un alza en los casos y fallecimientos a causa de la covid y por la saturación de los sistemas sanitarios. ¿Alerta?, ¿advertencia?, ¿llamado a la autoridad de cada país y a la población en general?
Los datos oficiales más recientes de México, hasta el día de ayer, nos hablan de 3 millones 934 mil 102 casos confirmados y de ya 297 mil 916 muertos; de acuerdo a cifras extraoficiales los casos son muchísimos más y las muertes ya andarían cerca o más del millón de mexicanos. Nuestro país fue de las naciones que más sufrió los estragos de la covid en el 2020, fundamentalmente por la reacción tardía y la inexistencia de un plan eficiente de las autoridades, por la falta de un sistema de salud adecuado y por la lentísima vacunación que se dio entre la población, incluso a las fechas existen aún millones de mexicanos que no reciben ni la primera dosis.
Ahora que la Organización Mundial de la Salud alerta sobre el inminente aumento con la variante Ómicron a México le lloverá sobre mojado porque el gobierno Federal y la inmensa mayoría de los gobernantes de los 32 estados se han desentendido totalmente; ahora, ya ni siquiera se advierte y se invita a la población a guardar las medidas sanitarias necesarias; como ejemplo basta ver la ciudad de México donde todas las actividades ya son normales, los centros comerciales están a reventar y por si fuera poco el mismo presidente de México, López Obrador, convocó irresponsablemente, hace no más de un mes, a un acto masivo con motivo de «festejo» de la llegada a la mitad de su gobierno.
Por eso, la alerta y advertencia que hace el titular de la OMS debiera tomarse, por parte de las autoridades, como un llamado muy serio a tomar, con urgencia y emergencia, algunas medidas sanitarias; por ejemplo hacer llamados masivos en las entidades para que la gente pase las fiestas decembrinas con precauciones y con las suficientes medidas para proteger su salud evitando reuniones masivas; porque «la forma más rápida de volver a la normalidad será tomar decisiones difíciles para protegernos a nosotros mismos y a las demás personas…, un evento cancelado es mejor que una vida cancelada. Es mejor cancelar ahora y celebrar después, que celebrar ahora y lamentar después», aseguró Adhanom.
En este año más de 3.3 millones de personas han perdido la vida por el coronavirus; esta cifra es mayor que los fallecimientos que ocasiona el VIH, la malaria y la tuberculosis; por la covid, a nivel mundial, se siguen perdiendo 50 mil vidas de seres humanos cada semana. Cobra, entonces, crucial relevancia el llamado a que si la meta y el objetivo es acabar con la pandemia para el siguiente el 2022 el mundo deberá estar vacunado a un 70% de la población en el primer semestre y una serie de decisiones políticas y económicas a nivel mundial.
Para eso todos los países deben invertir cantidades mayores de recursos en sus sistemas sanitarios, vacunación efectiva y rápida e informar oportuna y rápidamente a la población de los riesgos que seguimos corriendo con la nueva variante, que, por su alto grado de contagio, también puede generar más muertes. Sin embargo, en México, desde hace mucho tiempo, prácticamente desde la mitad del año 2020, el grito de «sálvese quien pueda» es lo que las autoridades de gobierno federales y estatales han preferido: Primero con la «necesidad» de volver al semáforo rojo para reactivar la economía; segundo, la lentitud de vacunación y la escasez de las vacunas y, tercero, dejar que la población se comporte como si ya no pasara nada, prácticamente la información sobre la peligrosidad y mortalidad del Covid, dejó de ocupar las portadas de los diarios como información destacada y de primer orden para la población.
Hoy nuestro país es de las naciones con más riesgos ante la nueva variante; hoy en nuestra pobre nación los únicos que podemos evitar que Ómicron nos arrebate más vidas somos nosotros mismos, cada una de nuestras familias, evitando reuniones masivas y tomando con seriedad las medidas sanitarias como el uso del cubrebocas y gel antibacterial. Desgraciadamente, del gobierno morenista de AMLO, su 4T y de los gobiernos estatales, ya nada se puede esperar; para ellos la salud de los mexicanos no tienen importancia ni relevancia. Por el momento querido lector, es todo.