El grave problema de sequía que están viviendo principalmente los estados del norte del país es uno de los factores que impactan en el alza de precios de productos de la canasta básica como maíz, frijol, limón y soya, sumado a la guerra en Ucrania provoca un efecto negativo que está afectando los bolsillos de la ciudadanía.
De acuerdo con el Monitor de Sequía de México los estados del país en los que se observaron lluvias por debajo del promedio en junio de 2022 son Jalisco -que subió a la categoría anormalmente seco-; Morelos y el sur de Puebla con sequía moderada.
La sequía severa se está viendo en los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato y Querétaro; pero también se incrementaron las áreas con sequía en Coahuila.
Al 30 de junio de 2022 el área con sequía de moderada a excepcional fue de 47.48% a nivel nacional, 5.52% menor que lo registrado al 15 de junio de este mismo año.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor del Inegi -que mide la variación de los precios de una canasta de bienes y servicios que consumen los hogares mexicanos- indicó que en la primera quincena de junio de este año creció 0.49 % en comparación con la quincena anterior.
Esto significa que la inflación general anual se ubicó en 7.88%. En la misma quincena de 2021 la inflación quincenal fue de 0.34% y la anual, de 6.02%
En tanto productos básicos para las familias mexicanas aumentaron su precio a principios de año, como el limón que llegó hasta los 70 pesos por kilo, aunque actualmente lo podemos encontrar entre los 30 y 45 pesos.
Por ahora el problema de la sequía es más grave en el norte del país, pero de no aplicar acciones preventivas podría causar una oleada de escasez de productos básicos en todo México, nos explicó la economista y catedrática de la UNAM, Eufemia Basilio Morales.
“El impacto no se ha visto tan directo en la zona centro y sur del país todavía, pero uno de los sectores más afectados por esta condición es el primario, que incluye la agricultura y la ganadería, ya que se está priorizando el consumo del agua para tomar y para necesidades básicas -por ejemplo en Nuevo León- y se tiene que dejar de lado el riego, que finalmente afectará a la cosecha”, explicó la especialista.
La experta resaltó que no solamente las afectaciones son económicas, ya que la falta de agua potable atrae problemas de salud que afectan a las poblaciones más vulnerables y que en medio de un repunte de casos de la Covid-19 se convierte en una situación preocupante.
“Por parte del gobierno se debe velar por los que menos tienen porque se han visto más afectados que los que están en niveles más altos económicamente, quienes siguen teniendo fincas, albercas y privilegios. Los que menos tienen son los que están sin agua para tomar, les sale agua sucia de la llave o que tienen que estar esperando las pipas. Se requieren políticas públicas que busquen proteger a los que están siendo más afectados”, dijo Basilio.
El aceite vegetal hasta en 50 pesos
Entre enero y junio de este año algunos productos han visto un acelerado aumento de precios. Uno de ellos es el maíz vegetal que pasó de costar $31.25 a $50.83 en este periodo y es una de las consecuencias de la invasión guerra de Rusia contra Ucrania ya que estos dos países concentran el 77% de las exportaciones de aceite de girasol a nivel global.
Otros productos que han incrementado sus costos son el kilo de arroz que pasó de $23.75 a $27.13; el atún enlatado que en enero costaba -dos latas de 140 gramos- $21.50, en junio subió su precio a $41.20.
El azúcar morena elevó su precio de $15.99 el kilo a $25.00, el bistec de res de $167.70 a $179.60; el chile jalapeño de $21.40 a $31.60 y la chuleta de puerco de $40.80 a $109.80 por kilogramo.
Aunque la sequía no es el único factor que está elevando los precios de los productos con tanta rapidez, para la economista Eufemia Basilio representa un riesgo inminente que de no ser atendido llevará no solo a la carestía de productos básicos, sino que atraerá graves problemas de salud y medioambientales que serán cada vez más difícil de sortear.
A simple vista, el aumento de $10 en un producto de la canasta básica puede no parecer grave, pero en un país donde el salario mínimo es de $172.87 representa un problema para alimentar adecuadamente a las familias. ¿Estamos ante el inicio de una crisis alimentaria?