Con más de mil antorchistas en una protesta en el Zócalo de la Ciudad de México, que exige justicia por el asesinato de dos líderes sociales y su pequeño hijo en Guerrero, fue atendida a una comisión de la Dirección Nacional del Movimiento Antorchista en una mesa de diálogo con la Secretaria de Seguridad del Gobierno de México.
La comisión fue encabezada por el vocero nacional de la organización, Homero Aguirre Enríquez; el diputado federal Brasil Acosta Peña y el dirigente de Antorcha en Guerrero, José Juan Bautista. Por parte del gobierno estuvo presente la secretaria Rosa Icela Rodríguez y el subsecretario de seguridad, Luis Rodríguez Bucio.
Tras unos breves minutos de conversaciones, la dirigencia antorchista dio a conocer en un mitin la pronta atención y amabilidad con que fueron recibidos por los funcionarios y la respuesta del Gobierno de México.
Aguirre Enríquez agradeció de manera particular a la secretaria por el recibimiento, ya que, según los funcionarios, hay órdenes del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para hacer justicia en el caso del asesinato de Conrado Hernández y Mercedes Martínez, así como su pequeño hijo.
Detalló que los funcionarios federales ofrecieron intervenciones con la Gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, para que sean recibidos la próxima semana. Además, para que se llegue a los culpables materiales e intelectuales del crimen.
De la misma manera, mencionó que las protestas que se realizan de manera simultánea en todo México son “el arranque de una causa que merece el respaldo de todo México” porque se es un reclamo para exigir “que se detenga el baño de sangre” y haya justicia para las víctimas en nuestro país.
“La sangre de Conrado, la sangre de Mercedes, es la sangre de dos jovenes, pero también es la sangre de muchos jóvenes. El asesinato de un niño, es el asesinato de muchos niños”, expresó en voz enérgica Aguirre Enriquez.
A su vez, reconoció la lucha de los antorchistas y la solidaridad de los grupos en la Ciudad de México y Estado de México ya que, dijo, “somos un símbolo nacional, una representación de los mexicanos que exige que se detenga el baño de sangre en México”.
Denunció que en México la lucha social tiene grandes costos como los tres crímenes que se cometieron contra la pareja antorchista y su hijo, que no contaba ni con lujos y vivia de manera proletaria. “Si por algo los mataron, fue por luchar por los pobres”, dijo.
Ante los cientos de antorchistas menció que de ser recibidos por las autoridades estatales de Guerrero, “no vamos a enlodar la bandera” porque la exigencia de justicia es “un clamor pupular que va en aumento”.
Por su parte, José Juan Bautista, líder del antorchismo guerrerense urgió que “las muertes de tres inocentes no deben quedar impunes” y agradeció la solidaridad al antorchismo nacional.