Un documento publicado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República reveló que en México hay 3,280,064 millones de menores de edad que son víctimas del trabajo infantil, de los cuales 2 millones se encuentran en ocupaciones no permitidas y los otros 1.2 millones realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas.
En comparación con datos de años pasados, donde las mujeres enfrentaban más esta situación, ahora se ha revertido, siendo del sexo masculino y de zonas rurales los mayores implicados, principalmente en trabajos del sector agropecuario.
El aumento del trabajo infantil se debe –dice el documento– principalmente a factores como la carencia de recursos económicos, falta de escuelas o en malas condiciones, deudas familiares y la demanda de microempresas de mano de obra barata y la violencia.
De 28,522,295, que son el total absoluto de menores de edad entre 5 a 17 años que hay en México, los 3.2 millones corresponden al 11.5%; y de ellos 644,658 no asisten a la escuela pese a que 73,000 tienen edad para cursar su educación básica.
Sin embargo, las condiciones de trabajo siguen siendo desiguales, pues 463,000 niños, niñas y adolescentes realizan “trabajos peligrosos” y trabajan casi el mismo tiempo que un empleado normal con estudios profesionales y perciben un salario menor o no reciben nada.
Por otra parte, 406,000 que hacen quehaceres domésticos en malas condiciones, la mayoría son mujeres, y tampoco asisten a la escuela.
Puebla y el Estado de México se posicionan con el mayor número de niños en situación de trabajo infantil, aunque Oaxaca tiene el mayor porcentaje. 100,000 menores se concentran en Chiapas, Veracruz, Michoacán, Jalisco, Guanajuato.
Desataca que el informe del IBS se basa en datos del Inegi de 2019, un año después de que el partido Morena gobernara, puesto que la gran mayoría de la crisis de trabajo infantil se encuentra en estados gobernados por el oficialismo.