Otis, que ha ido cobrando fuerza a lo largo del martes, se acercaba al final del día a las costas del Pacífico sur mexicano como un fuerte huracán de categoría 5 cerca del turístico puerto de Acapulco. En las primeras horas del miércoles entró por el occidente del país.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo que Otis se encontraba al entrar la noche del martes a unos 135 kilómetros (85 m) al sur-sureste de Acapulco, en el estado de Guerrero, con vientos de 230 kilómetros por hora (145mph). Las previsiones eran que su fuerza continuará en aumento en su camino hacia la costa.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, anunció la suspensión de clases en los municipios de Acapulco y en la llamada Costa Chica, una medida que el miércoles estaría en vigor en todo el estado.
Se prevé que Otis ocasione lluvias torrenciales, incremente sustancialmente el nivel de los ríos y arroyos y que haya deslaves.
En Acapulco, el martes por la noche los residentes se apresuraban a regresar a casa cuando la lluvia empezó a azotar y los vientos arreciaron, expulsando a los turistas de la playa.
El estado de Guerrero informó que tenía preparados 396 refugios para familias que se vieran obligadas a abandonar sus hogares por el viento o la crecida de las aguas.
El Ejército y la Marina de México desplegaron más de 8.000 soldados en la zona con equipos especializados para ayudar en los rescates. Las autoridades cerraron el puerto de Acapulco, donde faenan unas 300 embarcaciones pesqueras.
La previsión es que Otis deje de 12 a 24 centímetros (5 a 10 pulgadas) de lluvia sobre Guerrero, y hasta 30 centímetros (15 pulgadas) en algunas zonas.
En el Atlántico, el huracán Tammy se desplazaba hacia el noreste sobre aguas abiertas con vientos de hasta 120 km/h (75 mph) después de pasar a través de las Antillas Menores durante el fin de semana. Tammy se encontraba 910 kilómetros (565 millas) al sur sureste de Bermuda. El centro de huracanes pronosticó que se debilitaría hacia el jueves.