China, primer exportador mundial, ha expresado profunda preocupación por las tensiones en el mar Rojo, que han trastornado el comercio global al obligar a muchos buques a evitar el canal de Suez.
Beijing ha estado “en estrecha comunicación con todas las partes interesadas y hace esfuerzos positivos para desescalar” la situación, en la que rebeldes hutíes respaldados por Irán han atacado buques internacionales con misiles, dijo la vocera del ministerio del Exterior, Wang Wenbin, el miércoles en su conferencia de prensa diaria.
“China reclama que se detenga el acoso y los ataques a los buques civiles y exhorta a todas las partes interesadas a evitar avivar las llamas en la zona y garantizar conjuntamente la seguridad de la ruta en el mar Rojo”, dijo Wang.
Desde noviembre, los hutíes han lanzado al menos 34 ataques a la navegación en las rutas que conducen al canal egipcio de Suez, una ruta vital para los combustibles y cargas que van de Asia y el Oriente Medio hacia Europa.
Los hutíes son un grupo rebelde chií que se apoderó de la capital yemení de Sana en 2014 y está en guerra desde 2015 con una coalición encabezada por Arabia Saudí que respalda al gobierno de Yemen en el exilio. Han vinculado sus ataques con la guerra entre Israel y Hamás.
“Nos preocupa profundamente la escalada reciente de la situación en el mar Rojo. El mar Rojo es una ruta importante del comercio internacional de energía y bienes”, dijo Wang.
La vocera vinculó el conflicto de Gaza con las tensiones en el mar Rojo y dijo que “la prioridad ahora es poner fin a las hostilidades en Gaza lo antes posible para evitar una escalada mayor e impedir que la situación escape a todo control”.
“China está dispuesta a trabajar con todas las partes para enfriar la situación y mantener la seguridad y la estabilidad en el mar Rojo”, dijo Wang.