La labor de Delfina ha sido ejemplar en el cómo no estorbarle a los intereses del presidente, pero un desastre para los millones de niños sobre los que pesará la incompetencia y el olvido de la 4T.
Manuel Pérez
La secretaria de educación, Delfina Gómez Álvarez, es un ejemplo, un muy buen ejemplo de todo lo malo que ha hecho, hace y se permite que se siga haciendo en el régimen de la 4T. La titular de la educación mexicana ha dejado a la deriva el aprendizaje de los millones de niños y jóvenes de todo el país. Están a la vista de todos, los desastrosos resultados del negligente regreso a clases llevado a cabo por Gómez, las caóticas condiciones materiales en que se encontraban y siguen miles de escuelas que no cuentan con baños dignos, agua, aulas y las incontables averías suscitadas en el transcurso del aislamiento de 2020.
La educación en México hoy padece un retroceso increíble que algunos especialistas han estimado como una década de aprendizajes, pero que trasciende aún más allá si nos detenemos a pensar en cómo afectará la falta de estos conocimientos en el desempeño en la educación superior y las oportunidades laborales de esos millones de niños con rezago de aprendizajes.
La solución fue propuesta por muchos analistas, y prácticamente todas las conclusiones se dirigían a una urgente y gigantesca inyección de recursos para remediar las carencias materiales y garantizar condiciones sanitarias, además de incorporar las tecnologías necesarias. Las propuestas claro que eran arriesgadas, pero posibles, la federación contaba con los recursos necesarios para enfrentar de una manera histórica el rezago académico, pero algo se oponía a que estas medidas fueran tomadas en cuenta, ese algo son los intereses del gobierno en turno, y ahí no figuran la educación y el futuro. El gobierno de la Cuarta Transformación tenía entre sus prioridades la construcción de un aeropuerto patito, una refinería que poco aportará en el corto plazo y un tren que pone en riesgo amplias zonas ecológicas del sureste mexicano.
La titular de la educación no se atrevió a levantar la voz para por lo menos conseguir un presupuesto digno, o siquiera hacer un análisis objetivo de las condiciones reales de la educación, y es que el encargo que le impusieron a Delfina no era impulsar o transformar esta dependencia históricamente olvidada. La labor de Delfina ha sido ejemplar en el cómo no estorbarle a los intereses del presidente, pero un desastre para los millones de niños sobre los que pesará la incompetencia y el olvido de la 4T.
Delfina estaba reprobada como funcionaria, pero por los delitos que se le han probado recientemente ameritaría una expulsión. Pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró que cuando Delfina Gómez fungió como presidenta municipal de Texcoco, entre 2012 y 2015, Gómez utilizó un esquema de financiamiento paralelo para apoyar las actividades ordinarias de Morena, mediante la retención de un porcentaje del salario de los trabajadores del ayuntamiento y del Sistema del Desarrollo Integral para la Familia (DIF), por un monto acreditado de 2 millones 264 mil 612 pesos. Esta acusación ya se le había hecho por parte de sus opositores durante la campaña por la gubernatura del Estado de México donde Delfina perdió contra el priista Alfredo del Mazo, pero apenas en recientes fechas la acusación pudo probarse y el partido de Delfina fue multado por 4 millones 529 mil pesos.
El bautizado “diezmo” o los “moches” de Delfina Gómez, como bien sabemos y tanto se empeñan en negar, fue usado como anteriormente se dijo, para favorecer a los intereses del hoy partido en el poder, y claro, por qué no decirlo, para llevar al poder a Andrés Manuel López Obrador. Otra vez, para complacer los caprichos del antes candidato, ahora mandatario.
Este modelo, cabe destacar, no era nuevo, sino reciclado como un modus operandi usado anteriormente, así es, el partido de la superioridad moral copiaba las mañas de los de antes, y poco caso hace al discurso de honestidad que ondeaban como bandera durante las campañas.
El modelo era usado antes y será usado ahora para asegurar recursos para el candidato morenista que vaya por la gubernatura del Estado de México, aun a costa de saquear los municipios con gobiernos morenistas, esto ya se vio en algunos lugares conocidos como lo fue en el antes mencionado Texcoco o Chalco y comienza a verse también en municipios donde los morenistas acaban de llegar, como en Chimalhuacán e Ixtapaluca, donde recientemente se han presentado algunas manifestaciones donde los trabajadores denuncian sus despidos injustificados de los ayuntamientos o el servicio público de maneras injustas e ilegales. Pero, por otro lado, aquellos que recién ingresan a las administraciones locales son condicionados con que si no entregan su sueldo íntegro serán removidos de sus cargos. Así es y es que no es difícil llegar a la evidente conclusión de que para Morena los cargos se hicieron para lucrar, así sucedió con Delfina Gómez, así con los municipios de Chimalhuacán e Ixtapaluca, todo con la intención de la joya de la corona en el 2023, gobernar el Estado de México.