La ciudad de Acapulco y municipios cercanos a la Costa de Guerrero permanecen incomunicados y sin recuento de daños tras el paso del destructor huracán Otis, que tocó tierra como huracán de categoría 5.
Cuando ha pasado un día después de que tocara tierra cerca de Acapulco, en el Pacífico mexicano, ninguna autoridad ha emitido reporte alguno sobre las afectaciones del huracán en la ciudad ni en poblaciones aledañas, donde impactó Otis, uno de los ciclones más potentes de la historia y que tocó tierra en las primeras horas del miércoles tras una súbita intensificación en menos de 12 horas.
Múltiples videos en redes sociales subidos por personas que se encontraban en la ciudad dieron cuenta de los grandes daños materiales en algunos de los edificios -principalmente hoteles- ubicados en la carretera Costera, que se ubica justo frente al océano Pacífico.
Por el momento, no se ha logrado restablecer la electricidad ni las telecomunicaciones en Acapulco.
Lo mismo sucede con las carreteras de acceso, a pesar de que recientemente autoridades estatales informaron de que se reabrió el paso a vehículos de emergencia en ambas direcciones en el kilómetro 360 de la carretera México-Acapulco después de que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quedara bloqueado en su camino hacia la ciudad costera.
Silencio de las autoridades estatales
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, aseguró a primera hora de la mañana que se encontraba en la zona afectada, pero la comunicación por parte de las autoridades estatales y locales ha sido muy limitada.
De acuerdo con el Gobierno mexicano, la Hacienda pública cuenta con hasta 18 mil millones de pesos en fondos de reservas para desastres naturales como Otis.
El huracán también afectó los servicios de alerta sísmica en 3 estados del Pacífico mexicano: Michoacán, Guerrero y Oaxaca, principales epicentros de sismos en el país.
Por otro lado, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex) indicó que el impacto de Otis como categoría 5 impidió la comunicación de 27 sensores en esta región del océano Pacífico, por lo que en caso de que ocurriera un sismo fuerte, próximo a los sensores afectados, no se podrá emitir un aviso de alerta sísmica.